Un video al que accedió Primer Plano Online muestra la celebración, a modo de desahogo, que expresaron vecinas y vecinos de Villa Tesei tras la detención del pastor evangélico Carlos Alberto Robledo, acusado de múltiples abusos sexuales contra mujeres que formaban parte de la congregación que dirigía.
El procedimiento policial, llevado adelante por personal de la DDI de Morón y de la comisaría 4ª de Barrio Mitre, fue realizado en el templo ubicado en la calle Malarredo 32, entre Ernesto Plass y Chuquisaca de la mencionada localidad de Hurlingham. En el momento en que salía esposado del lugar el imputado, entre gritos de “violín”, “justicia” y “la vas a pagar” la gente festejó su arresto.
El tema es que, curiosamente, según pudo saber este medio en la jornada de ayer nadie se animó a hablar públicamente del caso entre la vecindad. Acusaron amenazas y señalaban al entorno del religioso como responsable.
Por lo pronto, Robledo quedó alojado en un calabozo y, según consignaron fuentes de la investigación, indagado por la fiscal Marisa Monti, de la UFI Nº 5 de Morón, se limitó a expresar que es “inocente” y que iba a aportar testigos para avalar sus dichos. Eso sí: no aceptó contestar preguntas. La orden para el allanamiento y posterior detención fue emanada por la jueza de Garantías Laura Mariel Pinto.
El pastor está acusado de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por haber sido cometido por un ministro de un culto religioso reiterado en 66 hechos. Y esa cantidad están solamente vinculados a una víctima. Los investigadores creen, según el relato de la joven, que hubo más de 15 mujeres que fueron vejadas en el lugar y que se espera declaren ahora que el religioso está tras las rejas.
Es por eso que la justicia tiene abierto un canal para sumar denunciantes a la causa. Lo habilitó la Fiscalía: es personalmente en Cristóbal Colon 237 de Morón; o al correo electrónico [email protected]
Los ataques, siempre según lo plasmado en el expediente, fueron cometidos en el interior de la iglesia, a donde además el imputado residía. Allí Robledo, también conocido como ‘Tino’ convocaba a las víctimas, sobre las cuales infundía “temor reverencial” y un “fuerte dominio psicológico” para someterlas. Es por ambos tópicos que las jóvenes de la congregación terminaban cediendo a sus exigencias.
Cuando una de las denunciantes se negaba, el pastor “la obligaba diciéndole, entre otras cosas, que era su castigo” por los pecados cometidos fuera de la iglesia. Además, “la amenazaba diciéndole que iba a arruinar a su familia, todo por ser una hija de Dios que no quería dejar sus pecados, y que si se iba de la Iglesia se iba a alejar completamente de Dios, y si hablaba con alguien respecto a lo que él le hacía, la iban a tratar de loca y la llevarían a un hospital psiquiátrico”.
