Horror en Castelar sur: un sujeto de 28 años drogó con una pastilla de Clonazepam en la bebida a su hijo de siete años para atacar a la madre del chiquito, su expareja. Después del brutal ataque, el femicida en potencia se dirigió a la estación de trenes y se arrojó al paso de una formación, pero la máquina alcanzó a expulsarlo y le provocó lesiones gravísimas, por lo que se encuentra internado en un delicado estado de salud y en condición de aprehendido, con custodia policial.
El terrible escenario fue descubierto en el amanecer del sábado en una vivienda de la calle Prudan al 1800, entre Teniente Fernández y Granada, de la mencionada localidad de Morón. Allí la hija de la mujer atacada, de nueve años, alcanzó avisarle con su teléfono celular a su abuela del cuadro que vio al despertar: su mamá tirada sobre la cama con un charco de sangre alrededor.
“Tenía la cara ensangrentada y estaba dopada. Las manchas hemáticas llegaban hasta el comedor”, describió una fuente judicial consultada por Primer Plano Online. Lo verdaderamente desgarrador ocurrió cuando la Policía arribó al lugar: el nene, de siete años, estaba jugando con un destornillador intentando meterlo en un enchufe. Su hermana atravesaba una crisis de nervios que la tenía paralizada.
La víctima del feroz ataque, Sofía Ayelén S. (26) alcanzó a expresar balbuceando que quien le había pegado de ese modo fue su exconcubino Damián Alejandro Cordero (26), un chofer de ambulancia del que se había separado hacía dos meses. En paralelo al pedido de ayuda de la nena ingresó al 911 el aviso de un intento de suicidio en la estación Castelar, y se trataba justamente del atacante. “Se arrojó al paso de una formación pero por la inercia del lugar fue expulsado hacia el andén”, detallaron los voceros consultados.
Tanto la mamá como la nena y en nene fueron al hospital Posadas, a donde además de atender las heridas que presentaban les hicieron el test toxicológico, que confirmó que la criatura había ingerido Clonazepam (un fármaco que actúa sobre el sistema nervioso central, con propiedades ansiolíticas, anticonvulsionantes, miorrelajantes, sedantes, hipnóticas y estabilizadoras del estado de ánimo) que se calcula le fue puesta por el acusado en la bebida, que también fue secuestrada para su posterior cotejo. La mujer también fue drogada intencionalmente y presentaba heridas en la parte superior del cuerpo.
Cordero, en tanto, fue llevado al Hospital de Morón en grave estado, y luego derivado a una clínica porteña, donde se encuentra alejado y con custodia. El sujeto presentaba, además de las escoriaciones varias por el paso del tren, “laceraciones en el cuello compatibles con ahorcadura”. En la vivienda, la Policía Científica incautó un lazo cortado con un nudo en el comedor y la otra parte del lazo atado en una reja puesta en el techo del patio. La sospecha es que se intentó ahorcar y se le cortó la soga.
La investigación está en manos de la fiscal Marcela D’Ascençao, de la UFI Nº 11 de Morón, especializada en violencia de género e intrafamiliar. Las fuentes agregaron que “no hay antecedentes de violencia de género registrados” en ese Departamento Judicial, aunque sí vecinos contaron que, desde la ruptura de la pareja, las discusiones eran permanentes y casi todas las noches se escuchaban los gritos. Cordero quedó imputado en una causa por tentativa de homicidio en un contexto de violencia de género (intento de femicidio).