A lo largo de casi cuatro cuadras de extensión que cubrió las calles de Moreno, la columna de docentes, padres y alumnos de la comunidad educativa de ese distrito hizo escuchar su voz en defensa de la educación pública y en homenaje a Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, la vicedirectora y el auxiliar fallecidos en la explosión de la Escuela Nº 49.
Al canto de “para que escuchen los que gobiernan, y que no pase nunca más” y “luche y que se escuche”, lo que había sido convocado como un abrazo solidario al colegio siniestrado terminó siendo en un masivo reconocimiento a las víctimas fatales del pasado 2 de agosto.
“La música siempre está”, se podía leer en una gran bandera que recordaba a Sandra y Rubén, en especial por el apoyo de la vicedirectora con el programa de Orquestas juveniles que funcionaba los sábados. “Sandra y Rubén, los vamos a recordar con lo mejor que hacían. La dire divertida y el portero payaso siempre presentes. Los vamos a extrañar”, decía la carta que un chico pegó en la puerta de la escuela.
La explosión en la escuela 49 visibilizó la situación de desidia y abandono de gran parte de las escuelas de la provincia. Desde aquel día, fueron cientos los establecimientos que se cerraron y dejaron de dar clases por el calamitoso estado de la infraestructura y los servicios. Incluso fue la propia gobernadora María Eugenia Vidal quien reconoció que los 12 mil edificios escolares tienen problemas, algunos con mayor riesgo que otros.
Al finalizar la manifestación y al dejar inaugurado el mural, el docente Hernán Pustilnik, uno de los referentes que se puso al frente de la comunidad escolar de la 49, confirmó que la decisión que tomaron fue no volver a dar clases “por más que tengamos la escuela terminada” en solidaridad con el resto de los establecimientos con problemas de infraestructura o servicios. “Hasta que el resto de las escuelas no esté terminada no volvemos”, cerró.