Alejandra y Ricardo, hija e hijo del dirigente de Argentino de Merlo que murió el lunes pasado, hicieron público su reclamo para que la justicia esclarezca la muerte de su papá que, aseguran, no fue un hecho fortuito provocado por una infección pulmonar, tal como indicó la autopsia, sino que ese cuadro derivó de la golpiza que el hombre recibió en el Hospital Municipal de Baradero, a donde fue llevado tras el vuelco del auto que conducía, siniestro vial en el que falleció en el acto la jugadora del club Juliana Gómez.
“Mi papá tuvo las contusiones del accidente, que son leves, y lo dejaron en observación, porque es el protocolo del hospital. Estaba el comisario ahí con él esperando para trasladarlo y hacer los papeles de rigor. En ese momento entra esta gente. Como es un pueblo no están acostumbrados a este tipo de agresión”, reflexionó Alejandra en una entrevista con Telefe Noticias.
“Hicieron cien kilómetros: hubo alevosía y premeditación. Fueron directamente a matarlo. Entraron, lo amenazaron, le dijeron que le iban a pegar un tiro y, con un tubo de oxígeno, le pegaron en la cabeza. Mi papá también tenía un golpe en la zona del corazón, que le dejó una hematoma muy grande”, agregó la mujer.
Tanto para ella como para su hermano, la premeditación del hecho estuvo dada en el recorrido de casi 150 kilómetros que viajó la familia de la futbolista fallecida para tomar justicia por mano propia. “Yo puedo salir con bronca de mi casa, pero al hacer el trayecto uno se va calmando. Pero esta gente no: lo planificó y lo realizó”, enfatizó Alejandra.
A su lado, Ricardo confesó que no vio las imágenes ni del siniestro ni del ataque posterior. Narró que viajó a Baradero a buscar a su papá y que la Policía le indicó que mejor lo espere en la comisaría del lugar porque el titular de la dependencia lo iba a llevar hasta allí, ya que “podía caminar y hablar”. “A la medianoche me llamó el médico de terapia intensiva y ya era otro cuadro: lo habían golpeado”, relató.
Según su hijo e hija, el dirigente de la ‘Academia’ de Merlo empezó a perder la noción del conocimiento el miércoles de la semana anterior, ya internado en la clínica Agüero de Morón, y había palabras que no le salían: diagnóstico devenido del hematoma subdural que padeció del lado derecho de la cabeza. Los estudios de Baradero, el testimonio de la Policía que le informó que estaba en buen estado de salud, de los médicos que también recibieron la agresión y lo que le informaron en el establecimiento privado al que fue derivado configura, para la familia de López, una prueba irrefutable de que la muerte fue consecuencia de ese ataque.
Por ahora, de todos modos, para la justicia no hay nexo causal entre un tema y otro, es decir, entre los golpes y la muerte. Como informó Primer Plano Online ayer, el fiscal de la causa, Vicente Gómez, recibió el informe preliminar de la autopsia que señala que el deceso se produjo por un “paro cardiorrespiratorio consecuente con una infección pulmonar”. El funcionario afirmó a este medio que, por el momento, “no hay vinculación entre los golpes y la muerte”.
Por las lesiones y los destrozos provocados en el nosocomio de Baradero la justicia imputó al papá de Juliana Gómez como uno de los responsables.
