El abogado y empresario gastronómico secuestrado ayer en Parque Leloir aceptó dar su testimonio esta mañana en distintos medios de comunicación para revelar la secuencia que vivió en la mañana de ayer martes, cuando salía de su vivienda rumbo a sus actividades cotidianas y fue interceptado por tres delincuentes, que lo mantuvieron cautivo.
“Pararon un auto delante de mí, se bajaron tres personas armadas, me subieron a mi propia camioneta y me sacaron lo que tenía encima. Después me pasaron a otro auto, estuvimos dando vueltas un rato largo, llamaron a mi mujer, que tuvo que meter plata en una bolsa, dejarla en una esquina y, siempre conmigo arriba, pasaron a buscar la bolsa. Seguimos un rato más dando vueltas y me liberaron”, detalló en diálogo con el canal C5N.
Francisco contó también que los delincuentes le devolvieron todas sus pertenencias: celular, billetera, la mochila con una computadora que usa para trabajar, y lo liberaron sano y salvo, apenas con unos golpes. “Sólo se llevaron el dinero”, precisó. Además, señaló que le pegaron “pero para amedrentar”, e indicó también que la secuencia total, entre que es interceptado y dejado, duró una hora y veinte minutos.
La víctima confirmó que “en ningún momento” intentaron ingresar a su casa, que los secuestradores “estaban todos armados y con las caras tapadas” y consideró que fue un hecho “al voleo”, con lo cual descalificó cualquier posibilidad de que lo hayan “marcado”. El llamado extorsivo a su esposa fue hecho por uno de los malvivientes que lo tuvo cautivo y él también tuvo que hablar con ella. En todo el tiempo que estuvo secuestrado mantuvo la cabeza mirando hacia abajo, casi contra el piso del auto.
Como informó este medio anoche, Francisco A.F. (46) fue interceptado pasadas las 8 en la calle El Tirador al 800, de Ituzaingó, cuando salía de su casa a bordo de su camioneta, una Volkswagen Amarok. De inmediato los tres delincuentes que lo abordaron, que se movilizaban en un VW Polo color gris, le exigieron que se comunique con su familia para avisar que se trataba de un secuestro extorsivo y que debía reunir un millón de pesos para ser liberado.
Su propia mujer llevó el monto y lo dejó en la intersección de De Las Carretas y La Espuela, en una bolsa, y la liberación se produjo en la intersección de Loreto y Mercedes, en Castelar, en donde también abandonaron el rodado del abogado. El caso es investigado por el fiscal federal de Hurlingham Santiago Marquevich, titular además de la Unidad Fiscal Especializada en Secuestros Extorsivos (UFESE), y por especialistas de la DDI Morón.