Un grupo de docentes de jardines de infantes de Ituzaingó marchó anoche por las calles céntricas del distrito para reclamar por las situaciones de violencia que atraviesan y reclamar acciones concretas de protección. La manifestación fue convocada por el gremio Unión de Docentes de la provincia de Buenos Aires (UDOCBA), bajo la consigna “con los chicos no, con los maestros tampoco”.
“Primero se los acusa, luego se los saca de la institución, se les pega, se les quema el auto, se rompe el jardín, la escuela y después se investiga si es verdad. Nuestra consigna de hoy es todos somos inicial, porque hoy pasa en jardines, pero mañana pasará en primarias y en secundarias”, explicó a Primer Plano Online José Hermida, secretario adjunto del mencionado sindicato en Ituzaingó y con pasado en un jardín, docente de primaria y actual director de una secundaria en el distrito.
En rigor, el grito desesperado que se escuchó en una movilización absolutamente pacífica fue un llamado al paro de parte de las organizaciones sindicales porque “en estas condiciones no podemos trabajar”. “A los compañeros, la libertad, y por los chicos que se sepa la verdad”, fue otro de los cánticos que se oyó en la noche. “Luche y que se escuche”, también sonó.
“Nosotros lo que vemos es que el nene a veces en la escuela llama mamá, tía al docente porque hay una relación afectiva. Cuando tiene que expresar algo a los tres o cuatro años no lo hace en la casa. El primer lugar en el que es escuchado es en la escuela. Y muchas veces cuenta cosas que no son así, como que lo tocaron o lo llevaron a determinado lugar. El 90 por ciento de los abusos infantiles ocurren en los hogares”, afirmó Hermida.
Lo que dicen las y los docentes es que “no hay lugar más seguro para un niño o niña que una institución educativa”, dado que nunca se encuentran en soledad y siempre están acompañados por auxiliares, directivos y demás integrantes del círculo escolar. Además, insisten con algo que se convirtió en una moda de los últimos tiempos: el intento de padres y madres de hacer justicia por mano propia, y una justicia lenta que muchas veces se saca los problemas de encima y actúa según el camino más corto y que permita descomprimir la ira popular.
“Basta de castigo social. Que se pruebe en la justicia si es culpable o no, porque así nos sentimos completamente vulnerables. Por eso decimos que con los chicos no, pero con los docentes tampoco. Hay una violencia social muy marcada tras la pandemia, y necesitamos que nos protejan, porque además defenderse de una denuncia es muy caro y muchos de nosotros no podemos enfrentarlo”, completó Hermida.