Desde junio del año pasado en Hurlingham se está poniendo en práctica una nueva actividad, mezcla de deporte y cuidado de la salud: el golf terapéutico, que está dirigido básicamente a los adultos mayores, y se desarrolla en el Polideportivo Municipal en forma gratuita.
El instructor y creador de la movida es el profesor de golf Sebastián Casas, quien durante meses, junto a un grupo de médicos, diseñó el programa que, de a poco, se va extendiendo a otros distritos, como es el caso de Ituzaingó, aunque en ese lugar caso los abuelos lo hacen a través de un convenio con PAMI.
En conversación con Primer Plano On Line, Casas afirma que los tres pilares que se ponen en juego al practicar éste deporte a una determinada edad son “la preparación física, que es la parte aeróbica y de equilibrio, la integración con pares y, por último pero no menos importante, el factor técnico y deportivo, que es justamente lo que más disfrutan”. •Los abuelos se sienten realmente bien porque ven que pueden y eso para ellos es una motivación importante. En esta parte la idea es pegarle a la pelota y dirigirla hacia donde uno quiere que vaya y no a otro lado, y cuando lo logran realmente se sienten realizados”.
A lo largo de 2017 fueron más de 180 abuelos los que participaron del programa terapéutico. Muchos nunca habían jugado ni pensado en jugar al golf, que está instalado en el imaginario colectivo como un deporte para las elites. Pero, claro está, Casas sale al cruce de ese preconcepto. “El golf es un deporte que pueden practicar todos aquellos que tengan ganas. Incluso tenemos toda la intención de seguir avanzando para poder incorporar a los chicos también. En cada clase con abuelos se incorpora gente nueva, y lo más importante es que hay personas de más de 80 años y hasta hay un señor de 95 años, que para nosotros es nuestro actor principal”, detalla con entusiasmo.
Pero el ‘profe’, como lo llaman sus alumnos, pone en valor la trascendencia que la práctica de éste deporte tiene y lo diferencia del fútbol o el tenis, por las barreras físicas que imponen y porque, además, necesitan de otro que les oficie de contrincante para la disputa. “El golf lo que tiene es que jugás contra vos mismo, no es un deporte de contacto y el hecho de agarrar el palo y balancearlo con el cuerpo y tratar de pegarle a la pelota no tiene ningún de impedimento físico. De hecho viene gente con Parkinson y otra gente que ha sufrido algún ACV, o algún problema de presión, y con las caminatas y algunos ejercicios su organismo se fue nivelando”, subraya. Es que como parte de la enseñanza también los adultos mayores aprenden determinadas posturas que benefician a las articulaciones.
El año pasado, sobre el cierre de la temporada, se juntaron los alumnos que participan del programa a través de PAMI en Ituzaingó y los que son parte del grupo de Hurlingham y juntos hicieron un viaje a Córdoba, a un hotel de cuatro estrellas con cancha de golf, y entre los dos contingentes fueron cien personas. Fue el primer viaje institucional, y compitieron en una cancha de 18 hoyos, donde la pasaron “como si fueran reyes”, según palabras de Casas. Ahora están armando otro viaje para de abril al mismo destino.
Sebastián Casas como jugador profesional representó al país en diferentes lugares del mundo donde tiene ganadas quince copas como profesional, además de setenta torneos como amateurs. Como docente profesional tiene una academia llamada Golf and Player.