La gastronomía está retomando su esplendor en la región oeste luego de la pandemia. El impacto del crecimiento económico experimentado en 2021 luego de las restricciones por el Covid-19 en 2020 se ve reflejado en la cantidad de puestos de trabajo que recuperó el sector, aunque con ese incremento también hay otros desafíos paralelos: la recomposición salarial y la mentalidad de mucha gente que prefiere estar en negro para no perder el plan social con el que cuenta.
“Está todo muy desprolijo. Estamos tratando de corregirlo: tenemos gran cantidad de laburo, pero mucha gente en negro”, reconoció en diálogo con Primer Plano Online Domingo Bruno, secretario general de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos (UTHGRA) de la zona oeste.
Un fenómeno para valorar en la zona es que emprendimientos como Kansas fue a buscar al gremio personal para contratar en Ituzaingó. Sumaron más de cien entre hombres y mujeres. En general, Bruno expresó que sobre el corredor Martín Fierro “hay una muy buena predisposición” de los empresarios y ya los niveles de ocupación laboral están en un 80 por ciento de lo registrado antes de la pandemia.

Otro dato positivo es que fueron pocos los comercios del rubro que cerraron sus puertas a raíz de la emergencia sanitaria. Citó, por caso, al restorán Punta Libre, en Ituzaingó, a Le Barón y a Curly, pero destacó que “nuestro gremio tiene la facilidad de contar con hoteles alojamiento, las concesiones gastronómicas de hospitales, clínicas y fábricas, en donde están trabajando a pleno”.
El dirigente sindical también reconoció que falta gente para trabajar en el ámbito de la gastronomía, pero apuntó a los empresarios con una frase del presidente de los Estados Unidos de hace un tiempo. “Paguen más y van a tener más gente trabajando”, enfatizó Bruno. Es real que los sueldos de convenio para la actividad están en los 80 mil pesos de básico para cocineros, y un poco menos para ayudantes de cocina y bacheros.
“El otro día fui a comer a un lugar y le pregunté a la moza cuánto ganaba. ‘Mil pesos por noche’, me contestó. Y me aclaró que se hacía dos mil de propina. Por eso le pregunté al dueño del lugar por qué le pagaba eso y me dijo que la chica tenía un sueldo complementario con las propinas. Pero eso no lo tienen que contemplar los empresarios, es un adicional si hace bien su trabajo”, completó Bruno.
Otro aspecto que despierta expectativa en el sector es que en Morón está la idea de abrir un corredor gastronómico sobre Gaona, en la traza de Metrobús. El Municipio abrió una línea de crédito para las empresas y hay esperanzas en que se puedan generar más puestos de empleo. “La ocupación está acomodándose, el problema es la regularidad del trabajo”, cerró Bruno.