Otra convocatoria por seguridad se realizó anoche en la Plaza del Avión de Ciudad Jardín, en Tres de Febrero. Punto neurálgico de encuentro para las familias de ese barrio, el espacio público sirvió para que las y los participantes hicieran catarsis en torno a los problemas que atraviesan por los delitos que se sucedieron en la zona en las últimas semanas.
Hubo críticas para todos los sectores con responsabilidad institucional. El intendente Diego Valenzuela fue destinatario de dardos de un vecino que reconoció haberlo votado; la Policía, que puso exigencias para reunirse con la gente; y para el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, responsable primario de la seguridad.
“No nos quedemos quietos, hagamos quilombo, es la única manera que salgamos adelante. A la política no le gusta esto”, expresó uno de los vecinos que hizo uso de la palabra en esa suerte de asamblea barrial en donde fluyó la bronca contenida. Como contó Primer Plano Online en el artículo del sábado anunciando la movilización, hubo por lo menos seis entraderas en los últimos diez días en la zona.
Otro ejemplo de la sensación térmica del enojo vecinal, y no sólo meteorológica, fue el discurso de otro habitante de la mencionada localidad, que apuntó por igual contra el gobernador y el intendente. A Kicillof lo cuestionó “por no decir nada del crimen de una nena (Umma, en Lomas de Zamora) y participar de una marcha con cuatro sindicalistas gordos millonarios”, en referencia al paro de la CGT del miércoles pasado.
A Valenzuela también lo cuestionó el mismo interlocutor, que aclaró que lo había votado para su tercer mandato en el distrito. “No tiene nada que ver que Valenzuela diga que no tiene presupuesto. No flaco, tuviste tres gobiernos y ahora estás haciendo la plancha. Lo único que hace son los programas de televisión y tuitear”, le espetó.
El próximo lunes se vuelven a reunir con autoridades de la Secretaría de Seguridad del Municipio y de la Estación de Policía local. “Siempre y cuando la gente vaya a dialogar y no a agredir”, fue la consigna que recibieron desde la fuerza para aceptar el cónclave.