“No te voy a despedir, va a ser un hasta pronto. Un hasta pronto Joha, porque nos volveremos a ver. Me iré con vos, mi alma te la llevás vos hija, solo quedará de mí el cuerpo para seguir luchando contra lo que venga. Con vos te llevás mis miedos y me dejás las fuerzas y el coraje para seguir luchando contra este mundo cruel, contra un sistema judicial misógino, patriarcal que se llevó tu vida. No sólo se llevó tu vida de la peor manera sino que se llevó tus sueños, tus metas, se llevó las vidas de todos nosotros. Me quedaré con el dolor más grande, con el alma vacía, con la vida destrozada, pero prometo no darme por vencida ni aún vencida. Prometo que nos volveremos a ver, nos tomaremos esos mates o esa birra fría sin que nadie nos vuelva a separar”.
Los restos de Johana Ramallo, desaparecida en 2017 en un presunto caso de trata de personas y de quien se encontró sólo parte de su cuerpo en abril último en la ciudad bonaerense de Berisso, fueron velados e inhumados esta mañana en La Plata. En el velorio, que se llevó a cabo en la sede de la Comisión Provincial por la Memoria, se exhibieron carteles con imágenes de una sonriente Joahana en los que se podía leer: «Vuela alto» y «Debemos florecer, no desaparecer» y se pedía «Memoria verdad y justicia».
Del velorio participaron muchos jóvenes, representantes de organismos de derechos humanos, la ministra de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual bonaerense Estela Díaz; la madre de Miguel Bru, Rosa Schonfeld; y la titular del Consejo Interuniversitario, Florencia Saintout.
Marta Ramallo, que desde hacía meses reclamaba la entrega de los restos de su hija para darles sepultura, prefirió no hacer declaraciones a la prensa. El 26 de julio de 2017 Johana, quien tenía una hija de seis años, salió a las 17 de su casa de La Plata tras decirle a su madre que volvería entre las 20.30 y las 21, pero nunca regresó.
La última imagen suya fue tomada por la cámara de seguridad de una estación de servicio situada en las calles 1 y 63 de La Plata, en la que se la ve entrando a un baño ese mismo día, poco después de salir de su casa. A las 23.30 Marta denunció la desaparición de Johana y comenzó una lucha que se extendería durante casi dos años, en los que reclamó a las autoridades que busquen a su hija, de quien presumía había sido víctima de una organización de trata de personas.
En abril pasado informaron a Marta que unos restos humanos hallados en la zona de Palo Blanco, en Berisso, pertenecían a su hija. Las pericias determinaron que la joven había sido descuartizada y que su muerte habría ocurrido entre septiembre de 2017 y enero de 2018.