Gritos, manchas de sangre, cuchillos desparramados en una habitación y dos cuerpos en el suelo. La escena, dantesca por cierto, fue la que se encontró la hermana de una joven de 27 años, que a los pocos minutos murió en el hospital. Es la crónica de otro brutal femicidio, en este caso en La Matanza.
Ocurrió sobre la calle Carlos Casares al 5.100, entre Voisin y Ushuaia, de la localidad de Gregorio de Laferrere, donde la víctima, identificada por fuentes policiales como Micaela Pérez, fue asesinada a puñaladas por su expareja, de quien se había separado hace un mes en medio de una fuerte disputa familiar, hecho por el cual la justicia le había impuesto una restricción perimetral de acercamiento.
El agresor, que se encuentra internado en grave estado y fue operado anoche de urgencia, es Gonzalo Jesús Armas (39), que está alojado en el hospital Paroissien de Isidro Casanova con custodia policial. Su cuadro de salud es “grave”, según informaron fuentes de la investigación.

“Ella era manicura, una clienta se fue a hacer las uñas, y cuando se retiraba apareció él repentinamente en el lugar, al que ingresó por la fuerza. Ahí comenzaron a discutir, a forcejear y se fueron a la habitación. En la vivienda estaba también la hermana de Micaela, Belén, con su hijo de cinco años, y en el momento del ataque salió a pedir ayuda a la calle”, explicó Lorena, amiga de la joven asesinada, al canal Crónica TV.
Cuando la hermana de Micaela entró de vuelta a la casa ya estaban los cuerpos desparramados por el suelo, con las armas blancas dispersas en el lugar y las manchas hemáticas mencionadas. Belén llamó de inmediato a la Policía en medio de una crisis de nervios.
La víctima fue trasladada al citado nosocomio con “múltiples heridas en distintas partes del cuerpo”, y a los pocos minutos falleció. El femicida, en tanto, presentaba cortes en el cuello y en la muñeca, por lo que fue operado de urgencia anoche y quedó en terapia intensiva.
Micaela era mamá de dos nenas, de 8 y 4 años, que estaban en la escuela y en el jardín, respectivamente, al momento del ataque. La más chica la tenía en común con el asesino, que quedó imputado en una causa por homicidio calificado y agravado por el vínculo (femicidio), por el cual en caso de recuperarse será condenado a perpetua.