“Hoy es un día de fiesta para todos los vecinos del barrio 9 de Julio”. Así recibieron a Primer Plano Online los habitantes de una popular barriada de Villa Tesei, que después de la incertidumbre que merodeó la zona por varios años parecen haber encontrado la solución definitiva a su conflicto habitacional a la vera del Arroyo Morón. Es que les habían confirmado por la mañana que el intendente Juan Zabaleta visitaría la zona para mantener una reunión informal en la cual haría entrega del decreto mediante el cual se refrendaba la expropiación de las tierras que votó la semana pasada el Concejo Deliberante. Como es costumbre, este medio fue el único presente allí, acompañando la noticia.
La rúbrica de la máxima autoridad política del distrito no era un dato más sino el final de siete años de angustia que se iniciaron en 2012, cuando se enteraron a través de un documento del Juzgado N° 3 de Morón de una célula de desalojo de un sector del barrio. Ese calvario, por el cual no dejaron de sufrir esperando todos los días la posibilidad de quedarse sin sus viviendas, estaba llegando a su fin.
Son 12 parcelas en total, en el que viven actualmente 50 de un total de 180 familias que completan la geografía del barrio. Los vecinos se enteran que todo eso era propiedad privada luego de instalarse allí, construir sus casas primero de manera precaria y luego creciendo con el tiempo. El pedido de un señor de apellido Prieto, que había comprado estos terrenos que pertenecían a la fábrica de vidrios Opalina, que había quebrado hacía muchos años y que el juez de la quiebra mandó a remate tanto el predio de la citada empresa como esas tierras. El problema era que estos terrenos ya estaban ocupados hacía ya más de 30 años: es decir, la justicia remató las tierras con las propiedades de los vecinos adentro.
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El síndico le había avisado al magistrado que esas tierras no eran comercializables y que no podían ser rematadas, aunque el juez no aceptó el planteo y dio la orden de remate de todas maneras. A partir de ese momento los vecinos, acompañados por dirigentes de la agrupación 26 de Julio, como el ex concejal Víctor Oviedo, comenzaron su peregrinar por diferentes organismos para ser escuchados. Es que entre las familias habían niños con discapacidad y ancianos que no tenían otro lugar en donde alojarse.
Con la asunción de Juan Zabaleta en la intendencia, a finales de 2015, el intendente asumió el compromiso con los vecinos del barrio de solucionar definitivamente esta problemática y garantizarles la vivienda. Por eso, tomó la iniciativa de que el Municipio se hiciera cargo de esas tierras y, en la última sesión del año y por unanimidad, el Concejo Deliberante votó la expropiación con aquellos sorprendentes elogios cruzados entre oficialismo y oposición que reflejó este medio.
Si bien el conflicto no se elimina totalmente, se abre una instancia de negociación entre el Gobierno Municipal y el particular, que tiene intereses económicos legítimos sobre las tierras en litigio. Desde ahora, todo está sujeto a una ley, aunque el propietario tiene posibilidad de reclamo las condiciones ahora son otras. La norma vigente no le quita derechos al particular, sino que condiciona su pretensión económica. Por eso la Municipalidad pretende llegar a un acuerdo para el pago de esas tierras, pero según lo que disponga la justicia. Y obvio: en las condiciones que pueda afrontar.
FIESTA BARRIAL Y ANUNCIO
Ayer, cerca de las 18.30 horas, en la calle principal del barrio habían colocado mesas en donde cada vecino aportó algo para compartir podían degustarse: torta fritas, empanadas, tortas dulces y sopa paraguaya junto con mates o gaseosas. Así recibieron al intendente y parte de su equipo, que se acercó allí para firmar el decreto de expropiación.
“No les estamos regalando nada. Estos son sus derechos, y es ni más ni menos que el derecho a la vivienda, al terreno propio, el derecho que tienen nuestros hijos y ahora la posibilidad de tener la escritura de sus casas”, expresó el jefe comunal en medio de las lágrimas emocionadas de quienes lo escuchaban.
“Con esto lo que hacemos entre otras cosas es terminar con los negocios inmobiliarios y priorizar los derechos de los vecinos”, sentenció Zabaleta, que luego de un intenso y largo discurso, en el que repasó las vicisitudes de los últimos tiempos tanto en la economía como en la política dejó al descubierto su intención de ir por un nuevo mandato en el distrito.
“Que cada familia sepa que en un futuro próximo el Estado puede brindar un terreno con servicio para construir sus casas. Ese es mi gran anhelo y que seguramente lo vamos a desarrollar a partir del año que viene y mucho más en los cuatro años que vamos a seguir gobernando Hurlingham si Dios quiere a partir del año que viene”, concluyó.
