En un fallo nuevamente vergonzoso y muy difícil de interpretar, un tribunal popular consideró como un accidente la muerte del adolescente Iago Ávalos en Hurlingham. La decisión se conoció hace instantes, y el único medio que brindó cobertura a la jornada definitoria fue Primer Plano Online, como nuestros lectores ya están acostumbrados. Una vez más, el sistema expresa una apariencia de justicia aunque, en verdad, quedan muchas cosas por revisar después de un comportamiento que termina de esta forma.
El clima, de extrema tensión, podía percibirse en las afueras de la sala. La discusión entre los jurados fue si la muerte del muchacho de 17 años, acusado de haber hurtado las tazas del vehículo del agente policial, era saber si se trató de un homicidio agravado por el uso excesivo de la fuerza o si correspondía aplicar la figura de un homicidio culposo, léase, accidental.
Y la determinación del jurado, tras tres horas y media de deliberación, se volcó hacia la segunda figura. O sea, el jurado popular consideró que Buscarolo no tuvo intenciones de matar a Iago sino que tiró para frenar la marcha del vehículo en que viajaba con un amigo. Y que la muerte es una consecuencia “no deseada” de su accionar, absolutamente irracional como se pudo ver a lo largo del debate que duró cuatro jornadas.
Diez de los doce integrantes del tribunal popular se volcaron por esa decisión, lo que bastó para declarar la culpabilidad del subcomisario en el hecho pero con una pena que será mucho menor a la esperada por los allegados a la víctima. En rigor, el máximo de castigo previsto para delitos de esa naturaleza es el de cinco años, y si se considera que el imputado está con arresto domiciliario desde ocurrido el hecho, la pena está prácticamente cumplida y no irá a la cárcel.
ASÍ FUE LA MECÁNICA DEL HECHO:
“En un juicio técnico la condena era ejemplar”, señaló el abogado de la familia Ávalos, Ismael Jalil, a la salida del tribunal. Por su parte Orlando, el papá de Iago, se manifestó “destrozado” por el fallo. “No esperábamos esto porque las pruebas eran muy contundentes, pero esta es la falsa justicia. Pero a la gente le digo que tenga cuidado de no rayarle el auto nunca porque si tiene un arma (Buscarolo) va a hacer los mismo”, describió con pesar y angustia.
“Es una burla, no una sanción”, continuó el hombre en medio de un llanto desconsolado. Su hijo Agustín, hermano del muchacho que murió aquel 12 de mayo de 2017, calificó como “cualquier cosa” el sistema de juicio por jurados, aunque resaltó que no hubo ningún tipo de incidentes y se aceptó el fallo, más allá de que no era lo esperado por la familia.
La jueza Andrea Bearzi felicitó el comportamiento del público presente, que estuvo custodiado por personal del Grupo GAD de la Policía bonaerense para evitar incidentes entre las partes. Incluso, más allá de que no fue el veredicto que la familia de la víctima esperaba, no se escuchó ni un insulto ni un grito fuera de lugar en la sala. “Fue un comportamiento ejemplar de todo el público presente”, definió la magistrada.
Si bien el juicio no puede ser grabado ni registrado por la presencia de ciudadanos como parte del sistema de justicia, por gestiones de Primer Plano Online este medio pudo registrar las fotos que ilustran el artículo con autorización de la justicia. Mañana martes, desde las 12, la jueza citó a las partes para dar a conocer el monto de la pena.