La historia que Primer Plano Online cuenta en exclusiva a continuación tiene ribetes verdaderamente estremecedores y el temor vigente de la víctima, cuya identidad no será publicada por razones obvias. Todavía tiene pánico, no logra superar el dolor por la violencia que padeció y, lo más delicado, sigue viviendo en el barrio, en cercanías de la familia de su agresor.
Lo cierto es que el Tribunal Oral Criminal Nº 5 de Morón, integrado por los jueces Marcos Lisa y Gabriel Sotelo y la jueza Julia de la Llana acaban de devolverle un poco de paz a una mujer sometida durante años a una serie de sucesivos ataques salvajes por parte del padre de una de sus hijas, del que estaba separado.
Para la justicia, quedó acreditado en el juicio la violencia psicológica que padeció la víctima mediante amenazas, acoso y hostigamiento, insultos y celos excesivos, traducidos luego en feroces ataques que de milagro no le costaron la vida. Por esa acumulación de hechos, que se iniciaron hace cinco años, S.D.H. fue condenado a 18 años de prisión.
LOS ATAQUES
El 20 de marzo de 2016 S.D.H. la intentó ahorcar. “Si me dejás te voy a matar y no vas a estar más con nadie”, la amenazó mientras le presionaba el cuello. Fue tal la fuerza que usó que la desmayó y aprovechó el desvanecimiento para pegarle un puñetazo en la cara con el que le provocó un hematoma en su ojo izquierdo y fractura del hueso malar.
En mayo de ese año, es decir, dos meses después del primer ataque, mientras la mujer esperaba el colectivo para ir a trabajar a las 5 de la mañana, el violento se le apareció en la parada de Eva Perón y Pearson, en la localidad de Libertad, partido de Merlo, la tomó de la nuca, la hizo arrodillar y le repitió: “te voy a matar y a prender fuego tu casa”.
Tres años después, el 2 de mayo de 2019, el sujeto ingresó a la vivienda de la víctima saltando una medianera lateral de la finca ubicada en la calle Julián Castro, de la citada ciudad. En el interior estaba ella con sus cinco hijos, una de las cuales también es hija de él, desoyendo una restricción perimetral dictada por la justicia. Allí, a través de una ventana, arrojó un objeto tipo bomba molotov y cumplió con su amenaza: incendió la casa. Eso fue el límite: la justicia ordenó su arresto y llevarlo a juicio.
JUICIO Y CONDENA
En el debate, llevado adelante con las limitaciones propias de la pandemia, hubo varios relatos de testigos presenciales de cómo el sujeto hacía padecer a la mujer y una serie de evidencias probatorias recopiladas por la investigación realizada por la Fiscalía Nº 10 de Morón, a cargo de Paula Hondeville y Hernán Moyano.
La prueba reunida le permitió al tribunal arribar al veredicto condenatorio por unanimidad. “No tengo duda alguna de la intención homicida de S.D.H. Su accionar puso en riesgo la vida de las personas que se encontraban en el interior de la morada. Además, sabía que dentro de la casa estaba su hija biológica. El hecho de incendiar la morada implica que, cuanto menos, su determinación era causar la muerte de su hija y demás niños”, escribió el magistrado Gabriel Sotelo.
La condena a 18 años de cárcel fue por los delitos de lesiones graves agravadas por ser cometidas contra una persona con la que mantuvo relación de pareja mediando convivencia y perpetrada por un hombre a una mujer mediando violencia de género, amenazas coactivas, violación de domicilio, desobediencia a la autoridades y homicidio en grado de tentativa.
Asimismo, como S.D.H. tenía una condena anterior a cuatro años de cárcel desde octubre de 2011 y que cumplió parcialmente, el tribunal le decretó la reincidencia, con lo cual perdió futuros beneficios y deberá cumplir la totalidad del castigo impuesto.