El caso de gatillo fácil que reveló el año pasado Primer Plano Online que se llevó la vida del joven Iago Ávalos (17), ultimado por una bala disparada por el subcomisario de la Policía Federal José Ernesto Pérez Buscarolo (46), se terminará dirimiendo a través de un juicio por jurados.
Según pudo confirmar Primer Plano Online en base al relato de fuentes judiciales y de la familia de la víctima, será la jueza Andrea Bearzi la encargada de orientar el debate frente a doce personas sorteadas previamente -y que no están involucradas en el mundo de las leyes- para juzgar los acontecimientos y evaluar si el policía fue protagonista de un homicidio simple o en exceso de legítima defensa, algo que determina una pena muy distinta. Todavía la fecha de inicio no fue resuelta.
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El caso ocurrió el 12 de mayo de 2017, cuando Pérez Buscarolo, quien prestaba servicio en la División Investigaciones Patrimoniales de la Federal, persiguió por 20 cuadras a Iago y a su amigo Nicolás, quienes le habían hurtado las tazas de las ruedas del auto. En el trayecto disparó al menos dos balazos contra el Renault Sandero en el que se movilizaban los jóvenes y dio muerte al muchacho de un disparo que ingresó por la luneta del vehículo, luego por la zona izquierda de su espalda y salió por el pecho.
EL TESTIMONIO DE IRINA, LA HERMANA DEL JOVEN ASESINADO:
Tras estar detenido por apenas una semana, la jueza Lucía Casabayó ordenó determinó la prisión preventiva de Buscarolo, pero en su domicilio, situación que se mantiene hasta hoy. Asimismo, el subcomisario se encuentra en situación de disponibilidad ante la fuerza de seguridad. El imputado está cumpliendo el arresto no en su casa de Hurlingham, donde vivía junto a su familia, sino en otra vivienda a donde su esposa e hijos se mudaron. El lugar, naturalmente, está en reserva. Sus hijos también fueron cambiados de colegio.
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Ismael Jalil, abogado de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), confirmó a Primer Plano Online que Buscarolo reconoció durante la instrucción de la causa que fue él quien mató al joven, así que su culpabilidad “está clara”. Ahora, lo que hay que determinar en el juicio es si lo hizo porque abusó de su autoridad y del arma de fuego que portaba, si perdió los frenos inhibitorios y entró en un cuadro de emoción violenta, o si lo hizo porque tiró a matar por el simple hecho de matar.
El resultado de la autopsia desmintió la versión de Buscarolo, quien había declarado en primera instancia que les tiró a los jóvenes ocupantes del vehículo al pretender defenderse de una supuesta agresión luego de frenarlos cruzándoles el auto en la intersección en que finalizó la persecución. Se trató de una estrategia de sus abogados, quienes pretendieron orientar el caso a legítima defensa y no de gatillo fácil, como fue, alegando que los chicos habían hecho un ademán como para sacar un arma.
Es más: si bien falta aún el resultado de las pericias balísticas que está realizando la Gendarmería, quedó en claro que hubo al menos seis balazos de parte del subcomisario hacia el auto de Iago y su amigo, cuyo coche frenó su marcha en la esquina de Cura Navarro y República de Siria, con el muchacho herido de muerte.