Después de dos años de angustia y desesperación en la búsqueda de justicia, la familia de Javier Correa, el joven asesinado en una plaza de Tapiales el 12 de mayo de 2019, está próxima a lograr su objetivo. El próximo jueves, el Tribunal Oral Criminal (TOC) Nº 2 de La Matanza dará a conocer la sentencia luego del juicio semipresencial que se llevó a cabo y en donde quedó claro cómo fue la mecánica del sangriento hecho que le costó la vida al muchacho, de 23 años.
Según pudo reconstruir Primer Plano Online, en el juicio que comenzó el 2 de agosto declararon una veintena de testigos. Los imputados Gabriele Nicolás Avallone y Agustín Vallansot también brindaron su testimonio pero de manera virtual, desde su lugar de alojamiento en donde permanecen con prisión preventiva.
Luego de escuchar los relatos y evidencias reunidas en el expediente, en sus alegatos tanto el fiscal Sergio Antín como el abogado querellante coincidieron en pedir la pena de 20 años de prisión para Vasanllot y 21 años y cuatro meses para Avallone, en este último caso por sus antecedentes y para unificar con una condena previa. Las defensas de ambos imputados pidieron sus absoluciones.

La calificación legal que primó sobre el hecho fue la de homicidio simple, y tiene a los dos acusados como coautores, más allá que en el debate se demostró que fue Avallone el autor material de la herida (corte de la arteria femoral) que le provocó la muerte a Correa. De todos modos, Elizabeth Rivero, la mamá de Correa, espera que el tribunal integrado por la jueza Lucila Laura Pacheco y sus colegas jueces Diego Sebastián Burgueño y Arturo Federico Mateo Gavier puedan tomar en consideración que hubo alevosía en el brutal ataque sufrido por su hijo. El próximo jueves se dará a conocer el veredicto.
Un detalle: el miércoles 4 se supo durante la audiencia que el secretario del TOC dio positivo de Covid-19, con lo cual todas las personas que participaron del debate debieron pasar a cumplir aislamiento obligatorio por ser considerados contactos estrechos.
El fiscal Antín en su alegato afirmó que, si bien la figura legal a imputar a los acusados es la de homicidio simple, en crimen tal como fue cometido “roza el ensañamiento” por considerar que “esa voluntad de inferirle un sufrimiento innecesario a la víctima en la conducta homicida que significaba el corte de la arteria femoral y su muerte por perdida masiva de sangre, dado que murió desangrado, supone una agonía que, en mi modo de ver, pudo haber sido buscada”, expresó.

En cuanto a Agustín Viera Alayón, como tituló Primer Plano Online el prófugo más buscado de La Matanza, quien tenía pedido de captura nacional e internacional y fue detenido por agentes de la DDI de ese distrito en un domicilio de Versalles, quedó claro en el juicio que fue coautor del crimen y que participó en el grupo atacante, pero por no haber sido parte del proceso judicial por no estar a derecho y no haberse podido defender en este debate no será parte. Habrá que hacer un nuevo juicio únicamente para él, salvo que acepte su culpabilidad y aspire a un juicio abreviado.
Los asesinos fueron a la plaza de Tapiales en un auto cargado con armas de fuego y varios cuchillos de caza. Terminaron matando a Correa, pero podrían haber cometido una masacre, porque era mucha más la gente que había en el lugar. La víctima, papá de una nena que ayer lunes cumplió cinco años, estaba con su novia y amigos cuando fue atacada por los forajidos que le terminaron arrebatando la vida. «La madre de Viera Alayón me llamó nueve días después del hecho y me nombró a todos los que participaron, pero me aclaró que su hijo no había sido. Así comenzó la investigación que hicimos nosotros como familia», contó la mamá del joven asesinado en conversación con este medio.
Una fuente judicial precisó a Primer Plano Online que la autopsia mostró que el cuerpo de Correa tuvo una sola herida cortante, en la pierna derecha del lado interno. También tuvo golpes por patadas en cara, abdomen y testículos, pero no heridas cortantes. Aun así la campera estaba toda tajeada, con lo cual se asume que puntazos le intentaron aplicar, y esos cuchillazos son atribuibles a Vallansot. Viera Alayón corría por detrás con un arma de fuego.
En medio del debate, la Fiscalía denunció una irregularidad manifiesta que se conoció a partir del relato de una víctima. Es que un testigo dijo haber sido amenazado por la familia de uno de los imputados (Vallansot), y que por esas amenazas el abogado «armó su declaración y lo obligó a mentir, a él y a otra testigo». Cuando esa segunda mujer pasó a declarar se quebró y el fiscal Antín pidió su detención, pero el tribunal se negó al pedido. Hay filmaciones que muestran cómo fue el apriete que sufrió.