Por razones vinculadas a su profesión (es policía) prefiere no revelar su identidad. Pero igual aceptó conversar telefónicamente con Primer Plano Online. Ella es la mamá de la beba de siete meses que ayer experimentó la peor sensación de su vida mientras esperaba a su marido para tomar un café en el patio de comidas del Plaza Oeste Shopping, de Morón.
Como informó este medio, en ese momento se desprendió parte del techo de esa zona del complejo y cayó directamente donde estaba la nena. “Ella estaba en el cochecito, que es de tela, tenía la capota hacia atrás y estaba jugando con un juguete, porque veníamos del control pediátrico del séptimo mes. Cuando empiezo a escuchar ruidos miro para arriba, noto que se empieza a desprender el techo y llegué a pararme para correr el carrito”, narró la mujer.
“Pero terminó de desprenderse y cayó sobre mi hija. Primero pegó en mi hombro, y eso amortiguó un poco el impacto. Era una estructura de yeso la que cayó. Si yo no me tiraba encima lo que se cayó la aplastaba”, agregó la mamá de la criatura, todavía acongojada por lo vivido. Además, aclaró que fue más de un metro y medio lo que cayó. La menor fue llevada en ambulancia al hospital San Juan de Dios, de donde le dieron el alta de madrugada por la cantidad de casos de Covid que registra el establecimiento.
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Según contó su mamá, está en observación: debe cuidar que no convulsione, que no tenga temblores, vómitos, y su pediatra le ordenó una ecografía cerebral y otra abdominal para controlar que no haya daños internos. “La verdad, yo le saqué los escombros de encima a mi hija y pensé que estaba muerta”, señaló la mujer.
EL BALDE AZUL
Cuando la mujer, de 33 años, llegó junto a su pareja de 27 y la beba al espacio gastronómico había elegido otra mesa para ubicarse. “Pero no me senté porque estaba el piso recién seco y un balde azul, con lo cual habían visto que de ahí caía agua, y no hicieron nada. Sólo mandaron a limpiar”, describió la mamá.
Lo primero que pensó es que alguien pudo haber derribado alguna bebida, y que por eso estaba el personal de limpieza. Nunca miró para arriba, porque si eso hubiera hecho quizá no le pasaba nada. Aunque otra persona pudo haber estado en ese lugar, así que no era la solución. Por ese motivo asegura que irá “hasta las últimas consecuencias” contra el complejo.
Las primeras asistencias se las brindó un enfermero que estaba sentado en una mesa cercana y que observó todo tal cual pasó. No fue el único testigo del hecho: fueron infinitos los llamados que recibió la mujer solidarizándose con ella y consultando por el estado de la beba. Encima, según describió en la charla con este medio, los responsables del shopping la trasladaron a un cuarto para supuestamente ponerlas a ambas a resguardo, pero un policía se le acercó y le pidió que se corra porque ahí también había peligro de derrumbe.
Este mediodía la mujer recibió una comunicación de un hombre llamado Alejandro, que la contactó en representación del complejo. “No la quise molestar ayer, por eso la llamo hoy”, le aclaró. En la charla, si bien se puso a disposición de la familia, la mamá le dejó en claro que accionará contra la empresa por lo que atravesó. “Me pidió disculpas y me dijo que fue algo que no pudieron prever porque se rompió un caño”, fue lo que escuchó la mujer. Ella descree de esa versión y está convencida de que hubo negligencia por falta de mantenimiento.