Hay un concepto entre las personas entendidas en derecho que aplica en este caso casi como en ningún otro. Es el de pena natural, que refiere a la noción en que el imputado de un delito sufrió, a consecuencia de una acción que puede encuadrarse dentro de lo delictivo, un daño físico o moral tan grave que hace desproporcionada la aplicación de una sanción punitiva.
Partiendo de esa premisa, la jueza de Garantías Nº 6 de La Matanza, Carina Alejandra Andrijasevich, excarceló al oficial de la Policía de la Ciudad Juan Ramón Herrera (34), quien hace dos domingos fue protagonista de un hecho que causó una fuerte conmoción social.
Es que el sujeto, en medio de una discusión con su esposa, extrajo su arma reglamentaria desde donde salió una bala que impactó en el abdomen de su pequeña hija, de apenas seis años, quien murió a los pocos minutos mientras la asistían.
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Si bien el fiscal que investiga el caso pidió su detención por el delito de homicidio calificado, la magistrada cambió la imputación y consideró que se trató de un homicidio culposo, es decir, claramente el resultado de una acción no premeditada y que no quiso cometer. Y prevaleció la noción de pena natural: mayor castigo que haber perdido una hija ese hombre no puede recibir en vida.
Por eso, luego de la solicitud hecha por su abogado y tras escuchar la declaración testimonial de la esposa de Herrera, Natalia Bergamaschi, quien defendió a su marido, la justicia le concedió la libertad mientras continúa tramitándose la causa. Por lo menos podrá realizar el duelo en su casa, rodeado de su familia, y así evaluar qué será de su futuro. Por el momento, «como la investigación sigue en curso, está separado de la fuerza», confirmaron voceros de la Policía de la Ciudad consultados por Primer Plano Online.