Comenzó el juicio oral contra el conductor de un móvil de seguridad del Municipio de Morón que el 5 de setiembre de 2018 protagonizó una persecución luego de que el menor de edad, G.P. (16 años en aquel entonces), eludiera un control de tránsito en cercanías del cementerio municipal para darse a la fuga a bordo de la moto que conducía. Ese seguimiento terminó con el muchacho estrellado contra una columna de concreto, siniestro que le provocó serias lesiones en su cuerpo, con secuelas que hasta hoy perduran.
El adolescente llevaba como acompañante a otro joven que 200 metros antes de la colisión se bajó del rodado y continuó su huida corriendo, hasta que fue aprehendido por personal policial que participó de la pesquisa. Sin embargo, el conductor de la moto siguió huyendo y terminó impactando de frente contra el poste de energía ubicado en avenida Zeballos y Prudan, en Castelar.
ESTE ES EL LUGAR DEL HECHO
Por ese hecho fue llevado a debate oral y público el agente perteneciente al área de Seguridad Ciudadana de Morón Alfredo Ariel Montenegro, acusado del delito de lesiones culposas por conducción imprudente. El fiscal Leonardo Lisa instruyó el caso y el juicio se lleva adelante en el Juzgado Correccional Nº 5, a cargo de la jueza Graciela Angriman. La fiscal de las audiencias es Graciela Biassotti.
La víctima del choque sufrió múltiples fracturas en piernas, pelvis, fémur y hasta tuvo un pulmón afectado. Su vida corrió peligro, pero salió adelante. El joven en un primer momento fue atendido en el Instituto de Cirugía de Haedo, y posteriormente sus padres tramitaron el traslado a la clínica del Buen Pastor en la localidad de San Justo.
QUÉ PASÓ ESA NOCHE
La moto conducida por G.P. era perseguida por un patrullero de la Policía bonaerense y otro del Municipio de Morón, concretamente del área de Seguridad Ciudadana. Al mando del móvil N° 35 estaba Montenegro, hoy sentado en el banquillo. En rigor, lo acusan de ser el culpable del choque por el cual la víctima padeció las lesiones que aún hoy lleva consigo.
La persecución se extendió durante varios kilómetros y comenzó cuando el chico eludió un operativo del control vehicular a bordo de una Yamaha 250 color violeta, que luego se estableció había sido robada el 30 de agosto en Morón centro.
Según lo que se pudo ventilar en el juicio, que Primer Plano Online presenció en exclusiva, la patrulla municipal presenta rastros de una colisión en el lateral del lado derecho de su carrocería, concretamente en la parte trasera del móvil. Es decir, nunca tocó a la moto con su parte delantera para ocasionar el accidente. Esa fue la conclusión de la perito de la Policía Científica que revisó el vehículo, cuyo testimonio fue la evidencia más sustanciosa en el debate.
Lo que sí pasó es que, al cruzar por la mencionada intersección, el motoquero perdió el control por efecto del desnivel causado por un badén y termina contra la columna. Fue tal la violencia del impacto que, por la inercia, el rodado volvió hacia la calle y ahí el agente, que circulaba a una velocidad de 65 kilómetros por hora, realizó una maniobra para esquivarlo. De ahí la marca que quedó en el móvil municipal contra la parte trasera derecha de la carrocería.
LO QUE HABÍA PUBLICADO PRIMER PLANO ONLINE SOBRE EL CASO
Asimismo, el otro menor que acompañaba al joven lesionado, de apellido Maldonado, a las pocas horas de haber sido aprehendido recuperó su libertad ya que su madre se presentó ante la Fiscalía interviniente. Sin embargo, en 2020 ese joven fue abatido por un policía en Castelar sur al que quiso robarle la moto.
QUÉ DECLARÓ MONTENEGRO EN EL JUICIO
El agente municipal señaló que cumplía funciones de patrullaje, prevención y control vehicular, con 24 personas a cargo en el área de Seguridad Ciudadana. «El responsable de los operativos en la vía pública era yo», señaló ante la jueza Angriman. «Este chico no era un delincuente, se asustó y huyó. Pero esto lo sabemos ahora, yo lo perseguí solo, sin saber», reconoció.
«Yo no maté a nadie, sin embargo, quisieron incendiar mi casa. El Municipio me consiguió una casa y me tuve que mudar. Soy papá: si hubiese sabido que era un nene de 16 años el que manejaba la moto, cesaba en la persecución», indicó entre otros conceptos tras una larga, sólida y detallada declaración, en el que aceptó ser interrogado por todas las partes implicadas.
Mientras la fiscal Biassotti presentará el lunes su alegato para acusar a Montenegro del delito mencionado más arriba, al igual que los abogados de la familia de G.P., la defensa de Montenegro, encarnada por el defensor oficial Gustavo Giachino, pedirá la absolución del acusado argumentando que no hay un hecho culposo y mucho menos doloso. Es que, en una persecución, se asume el riesgo que puede generar estar escapando de la autoridad competente.