Cuando Agustina se enteró de la detención de ese monstruo que la marcó para siempre y repitió la historia con sus pequeñas hijas apretó el puño. Poco había para celebrar salvo una cosa: estando en la cárcel ya no podrá seguir haciendo daño. Y espera, al hacer público su caso, que aparezcan más víctimas, que a partir de su arresto se animen a hablar. Ella está convencida que son muchas más las personas que padecieron las vejaciones a las que este pervertido las sometió.
La denuncia contra Oscar Luis Pérez (68) fue realizada el 11 de febrero pasado. Las hijas de Agustina hoy tienen once y nueve años, pero los abusos los sufrieron por lo menos un lustro atrás. ¿Por qué ese lapso? La menor recordó que cuando todo pasó ella iba a salita Roja del jardín, y ese color lo tuvo a los tres años. El acusado es el padrino del hermano de Agustina, al que toda la vida le dijeron “tío” por el vínculo casi familiar que lo unió a las víctimas.
Pero todo cambió cuando esa mamá escuchó a las hermanitas. “Me obligaba a besarlo, me metía la lengua en la boca, pero a ella le pasó algo peor”, contó la nena más chica ante Agustina, que la escuchaba sin poder creerlo. En ese momento la mayor rompió en llanto hasta que le pudo poner palabras a su padecimiento: “me sacaba la ropa, me obligaba a tocarle el pito, y me amenazaba con que no diga nada porque iba a matarte a vos”, le dijo a su madre.
Las vejaciones se producían cuando las nenas vivían con papá y mamá en la casa de su abuela y abuelo materno, que queda al lado del comedor comunitario ‘Un Rayo de Esperanza’, que el pervertido administró por casi tres décadas. El lugar está ubicado en San Salvador al 2500, entre Peredo y Camerucci, del barrio La Esperanza, en Ituzaingó, frente a la Unidad Penitenciaria Nº 39.
En medio del drama de enterarse lo que pasó con sus hijas, Agustina revivió su propio infierno. “Yo también fui abusada por él cuando era chica, y jamás lo pude expresar”, se sinceró ante Primer Plano Online. “El cerrojo frente al tema lo desactivaron mis hijas. Es casi igual que lo que le pasó a mi hija mayor”, agregó la mujer. La pericia médica realizada a una de las chiquitas determinó que la nena fue violada.
Agustina está en lista de espera en el sistema sanitario de Ituzaingó para iniciar tratamiento psicológico, pero sus dos hijas y el hermano mayor de ambas, que tiene actualmente doce años, sí acuden semanalmente a sus sesiones de terapia. El adolescente está “muy afectado” por la situación, según definió su mamá: “siente culpa porque cree que no pudo defender a sus hermanas”, narró la mujer. Una familia completamente atravesada por la tragedia de los abusos.
Pérez fue detenido el viernes por la noche por personal de la DDI Morón y ayer sábado declaró ante la fiscal María Alejandra Bonini, que investiga el caso. Si bien aceptó hablar “sólo tuvo palabras para intentar exculparse”, aunque no pudo explicar las evidencias reunidas en su contra.
“Las pericias de las niñas son contundentes en cuanto a los efectos de los abusos que padecieron y la credibilidad de sus relatos. Según las psicólogas oficiales ninguna de las dos está en condiciones de declarar en cámara Gesell al momento. Vamos a esperar que, tratamiento psicológico mediante, las podamos escuchar más adelante”, precisó una fuente judicial consultada por Primer Plano Online.
El acusado enfrenta cargos por abuso sexual simple agravado por la condición de guardador, abuso sexual con acceso carnal agravado por calidad de guardador reiterados en concurso real y a su vez todos en concurso ideal con corrupción de menores agravada. El juez de Garantías Gustavo Robles ordenó su detención mientras la investigación continúa. Según pudo saber este medio, la Fiscalía pedirá su prisión preventiva en los próximos días.
