Curiosidades del destino. Una de las espadas filosas de Nuevo Encuentro en Morón, de los principales cerebros en la gestión de Lucas Ghi y acérrimo opositor desde el Concejo Deliberante en los cuatro años que gobernó Ramiro Tagliaferro el distrito hoy se encuentra mano a mano con el exintendente peleando por un mismo lugar: llegar a una banca en el Senado bonaerense en representación de la primera sección electoral.
Se trata de Diego Spina, actual secretario de Gobierno del Municipio. Filoso y picante como de costumbre, fiel a su estilo, el funcionario aceptó la entrevista con Primer Plano Online para hablar a agenda abierta sobre diferentes temáticas. No duda en llamar “negociado espurio de los amigos del macrismo” a lo que sucedió con el aeropuerto de El Palomar, valora la inversión realizada para el combate contra el delito y se manifiesta “contento” con “los avances en materia de seguridad”, y reconoce las dificultades para hacer campaña electoral en el tránsito hacia la salida de la pandemia. “La gente está muy preocupada en su día a día más que en un proyecto que uno le pueda presentar”, indicó.
-¿Qué devolución están teniendo en la campaña sobre la gestión local?
-Nos sentimos muy acompañados por los vecinos y las vecinas de Morón. Eso se traduce en las encuestas de opinión pública, en las que sabemos cuál es la imagen del gobierno local, del intendente Lucas Ghi. Cuando nosotros dejamos la gestión, el 10 de diciembre de 2015, había ocho respiradores. Cuando volvimos, cuatro años después, había los mismos ocho respiradores. Hoy hay 40 respiradores en el hospital de Morón. De un presupuesto anual de cinco mil millones de pesos nos dejaron una deuda de mil doscientos, entre otras cosas, porque el intendente anterior dejó de pagar por siete meses el contrato de recolección de residuos, el más caro que tiene el Estado Municipal. Y, a poco de asumir, una pandemia que va a ser recordada como una de las tragedias más grandes de la humanidad. Es en ese contexto que vamos a elecciones, y ponemos en juego cómo se administró con honestidad, con eficiencia y transparencia. Y necesitamos que, para seguir respaldando el rumbo que marca nuestro intendente Lucas Ghi, la sociedad acompañe con su voto a nuestra candidata Leticia Guerrero.
-La bronca social que se manifiesta en las encuestas para con la política ¿creés que alcanza a la gestión municipal?
-Hace muchos años que la cabeza de la sociedad argentina va hacia un lado y la política pareciera no responder a esas demandas, producto de un montón de cosas. Hubo un embate muy fuerte en toda la región en contra de la política, por caso cuando se promovía la llegada de los Ceos de empresa, haciendo un paréntesis en su vida privada, para ver de qué se trataba esta cosita de administrar el Estado. Hace tiempo se trabaja desde los sectores económicos concentrados para desprestigiar a la política, de la mano de dirigentes que son cultivadores de ese tipo de discursos. Por eso se hace muy difícil interpelar a las sociedades. Acá, por ejemplo, el año pasado hubo un bastardeo permanente incluso en el manejo de la pandemia, con marchas que tenían como consigna que las vacunas que eran veneno. Nosotros somos parte de esta sociedad. Nuestros hijos van a las escuelas de Morón, vivimos en Morón, somos de esta comunidad y creemos profundamente en la democracia, por lo que no me gusta disociar una cosa de otra. Sí es verdad que la gente está muy preocupada en su día a día más que en un proyecto que uno le pueda presentar. Pero nosotros insistimos en hablar de planes estratégicos para construir entre todos y todas la ciudad que queremos”.
-Para ustedes el cierre del aeropuerto de El Palomar ¿es cosa juzgada o ven la expectativa de retomar el funcionamiento?
-Nuestro primer plan de desarrollo estratégico que llevamos adelante como espacio político hablaba de la potencialidad aeroportuaria de Morón, haciendo base en los dos aeropuertos: el de Palomar y el de Morón sur. Incluso en la gestión anterior de Lucas Ghi habíamos propuesto el aeropuerto de El Palomar como alternativo al Aeroparque. Y así funcionó. Lo que quiso hacer el macrismo después fue un negociado espantoso con el tema de las comunicaciones. Agarraron a un grupo de empresarios amigos que alquilaron un avión en Israel y les regalaron un aeropuerto. ¿Sabés cuánto dinero ingresó al Municipio de Morón en la gestión Tagliaferro por el aeropuerto? Ninguno. ¿Sabés cuántas medidas de seguridad habían logrado dar positivamente las empresas que ahí se desarrollaban? Ninguna. Durante los cuatro años de macrismo hubo un solo sindicato nuevo que se armó: el sindicado de los trabajadores de las líneas aéreas que funcionaban en El Palomar. Hicieron un corredor en Gaona (Metrobús) que, en realidad, lo que querían era conectarlo con el aeropuerto. Porque en sí solo, eso que armaron en Gaona no conduce a ningún lado: empieza en un lugar y termina a las 30 cuadras. Lo que el macrismo tenía era un negocio en torno a las líneas aéreas y los metrobuses. Nosotros planteamos, como espacio político, que el Metrobús tenía que venir desde Morón sur hasta el centro de Morón, porque la estación de Morón es una de las más importantes en cuanto a transferencia de personas. Y la mayor complejidad es cómo llegan nuestros vecinos desde los fondos hacia el centro. Sin embargo, ellos priorizaron un negocio privado. El aeropuerto de El Palomar, así como ellos lo plantearon, no le redituó nada al Municipio, y puso en riesgo la seguridad de vecinos y usuarios. Eso no quiere decir que la discusión esté saldada, porque si hay alguien que siempre habló de la potencialidad comercial, industrial y aeroportuaria fue nuestro espacio político. Pero una cosa es privilegiar el buen viajar y otra es privilegiar el negociado espurio de los amigos. Eso es lo que hizo el macrismo.
AUDIO: QUÉ DIJO DIEGO SPINA SOBRE EL AEROPUERTO DE PALOMAR
-Uno de los grandes reclamos que se sostiene es la seguridad. ¿Qué evaluación hacen de lo actuado hasta el momento en este año y medio de gobierno?
-La problemática de la seguridad tiene que tener un abordaje muy profundo, por eso hablar del tema en campaña es un tanto berreta. Nosotros estamos contentos en Morón con los avances en materia de seguridad: en este año y medio de gestión se compraron el doble de patrulleros que los que se compraron en los cuatro años de Ramiro Tagliaferro. Hemos duplicado la cantidad de cámaras de seguridad que hay en los espacios públicos. Hay una nueva fuerza de seguridad en la provincia, que es la UTOI, que tiene base en Morón por decisión política e inversión del intendente. ¿Todo eso alcanza para decir que Morón es una panacea? No. Somos parte de un conglomerado urbano. Pero también hace a la seguridad regular el horario del transporte público, que la gente sepa a qué hora pasa el colectivo por la esquina de su casa. Y también una cuestión de fondo: trabajar con el hambre. No por asociar la pobreza con la inseguridad: con bolsones destruidos socialmente no se va a terminar de abordar nunca el problema de la seguridad. Es una cuestión tan profunda que es muy complejo decir que uno está resolviendo el tema. Y otra variable más: en Morón, la Policía es controlada por el poder político. Acá manda la democracia y los policías no hacen lo que quieren.