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sábado, diciembre 7, 2024
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EXCLUSIVO-Basura humana, de la peor: condenaron a 13 años de cárcel a un sujeto que abusó de su hija y, para defenderse, le echó la culpa a su otro hijo

“Esto que se vivió en el juicio es algo que jamás había escuchado en los años que tengo como experiencia de fiscal”. Las palabras corresponden a Adrián Ferreyra, y fueron expresadas a Primer Plano Online luego de la condena que se conoció en los Tribunales de Morón contra un sujeto que abusó sexualmente de su propia hija y, para defenderse de tan aberrante delito, acusó a su otro hijo, hermano de la víctima, de ser el culpable de las vejaciones a la nena. La configuración total de un espanto.

David Pedro Lombardo, quien actualmente residía en una vivienda sobre la calle Miranda, en el barrio Parque San Martín de Merlo, fue condenado a 13 años de prisión efectiva por ser declarado autor penalmente responsable del delito de abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado por ser cometido por el ascendiente, y por ser la víctima menor de 18 años, aprovechando la situación de convivencia preexistente con la joven en concurso real con el delito de corrupción de menores.

La definición, extensa y muy técnica por cierto, remite a los hechos denunciados por una adolescente que actualmente tiene 14 años, aunque ocurrieron hace por lo menos seis años atrás, cuando ella tenía entre 7 y 8. La denuncia inicial fue presentada por la mamá de la nena en marzo de 2013, y el juicio recién se llevó a cabo la semana pasada.

LA LECTURA DEL FALLO: 

Las vejaciones a las que fue sometida la menor ocurrieron en una vivienda en la que cohabitaban en la calle Dávila del Barrio Matera, también en Merlo, cuando sus padres eran matrimonio. Según narró la víctima en diferentes instancias judiciales, su padre la obligó a practicarle sexo oral y luego el acusado le hizo lo mismo a ella en sus partes íntimas, con tocamientos en zonas anal y vaginal. Además, Lombardo le exhibió a su hija material pornográfico mientras la tocaba.

Los jueces Claudio Chaminade, Juan Carlos Uboldi y Mariana Maldonado, del Tribunal Oral Criminal Nº 1 de Morón, consideraron que el delito expuesto “configura un sometimiento gravemente ultrajante para la víctima”, en un fallo que tiene una fuerte impronta con perspectiva de género, en el cual valoraron una enorme cantidad de pruebas y testimonios reunidos en el debate.

Es que, luego de enumerar los tratados internacionales que suscribió la Argentina, el tribunal enfatizó su veredicto sobre un hecho en particular. “El testimonio de las víctimas, que son testigos necesarios en casos donde los hechos delictivos por su especial modo de comisión no pueden ser corroborados por otros medios, no puede ser soslayado o descalificado, dado que ello constituiría una forma de violencia institucional revictimizante contraria a los parámetros internacionales en la materia”, afirmaron por voto unánime, que fue sustentado por la opinión de Uboldi posteriormente compartida por sus pares.

Condena a Lombardo

Los jueces no dudaron en ningún momento del relato de la víctima, y valoraron su coraje para superar el escozor por lo vivido. “Contó lo trágicamente vivenciado describiendo cómo fueron los abusos por parte de su progenitor detallando modo, lugar y circunstancias, agregando que su padre le decía que no debía decirle a nadie lo que hacían y amenazándola con que si ella contaba él se iba a ir de la casa, lo que a la postre sucedió”, destacaron los magistrados.

La chica narró los hechos de la misma manera que en marzo de 2013, cuando presentó la denuncia original. “Seis años después, un relato donde se expresan las mismas circunstancias abusivas padecidas, no hace más que confirmar la veracidad de lo sufrido”, explicaron los jueces, y afirmaron: “le hubiera resultado más fácil guardar el secreto del que su padre la hizo partícipe esencial o retractarse de lo contado, máxime viendo cómo su familia se fue derrumbando al contar lo que contó. Sin embargo, su fuerza por decir la verdad y poder recuperar consciente o inconscientemente su infancia robada por su padre hizo que todo lo sufrido saliera a la luz”.

A lo largo de un juicio crudo, hubo revelaciones morbosas. Por caso, tres hermanas de madre de la víctima (cuñadas del condenado al momento de los hechos juzgados) dijeron que, cuando ellas tenían 10 años de edad, el pervertido había abusado de ellas. No al extremo de una violación sino tocamientos en reiteradas oportunidades. Y una psicóloga, que siguió el caso de la nena, confirmó que hubo abuso sexual no sólo por el lenguaje usado por la víctima sino por el cambio brusco en el rendimiento escolar y las alteraciones en el peso y en la talla que experimentó. Además, contenidos explícitos de conductas sexuales no compatibles con la edad de la menor.

Sentencia condenatoria a Lombardo

Los abusos salieron a la luz a partir de lo que el hermano de la niña le contó a su mamá. El adolescente había visto que su hermana se encontraba sobre su padre y que, al verlo, el progenitor alejó rápida y bruscamente a la chiquita. Cuando la niña fue consultada por su madre sobre eso, no sólo que confirmó el hecho sino que, además, narró otras situaciones que le hacía su papá. Fue entonces cuando la mujer encaró al ahora condenado (su esposo por aquellos días), quien negó las acusaciones. Pero juntos se dirigieron a donde estaba la niña y, ante la presencia de ambos, la nena describió todo lo que le hacía el hombre, hasta incluso los videos que le hacía ver. Lombardo se fue de la vivienda y la familia no volvió a verlo más. En esa discusión surgió la acusación en contra del chico que denunció lo que vio: el padre le echó la culpa de las vejaciones que sufría la nena. Un espanto más.

El acusado llegó libre al juicio porque, en su momento, el juez de Garantías consideró que no había mérito suficiente para detenerlo. Sin embargo, inmediatamente de leído el fallo, fue esposado y trasladado a un penal, en donde deberá purgar el castigo impuesto por la ley.

“Habíamos pedido 15 años de prisión, pero la condena a 13 años satisface las expectativas de la Fiscalía. Se trata de un hecho aberrante porque el imputado abusó en reiteradas ocasiones de su hija, cuando ésta tenía entre 7 y 8 años, y encima acusó a su hijo mayor de haber sido el autor de los hechos, algo que jamás había escuchado en los años que tengo como experiencia de fiscal”, reflexionó el fiscal Adrián Ferreyra en diálogo con Primer Plano Online.

Condena a abusador en Merlo
El fiscal Adrián Ferreyra (calvo a la izquierda de la foto) y los jueces Chaminade y Uboldi en el estrado durante la lectura del fallo

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