Un video al que accedió Primer Plano Online en exclusiva muestra el desenlace de la doble salidera bancaria ocurrida este mediodía en Ituzaingó, que terminó con la detención ciudadana de uno de los motochorros.
La maniobra concluyó en la intersección de Camacuá y Alvear, y había comenzado cuadras antes, cuando la víctima fue sorprendida por los malvivientes: le abrieron la puerta delantera derecha de su camioneta Citroën Berlingo y le sustrajeron una mochila en la que trasladaba dinero que terminaba de retirar de la sucursal del Banco Galicia, ubicada en Soler y Zufriategui del centro del distrito.
Como se observa en la filmación, el conductor asaltado alcanzó a tocar desde atrás con su rodado a la moto en que fugaban los delincuentes y los hizo desestabilizar. Luego, una vez que cayeron, el acompañante fue alcanzado por la víctima, mientras su cómplice subió de nuevo a la moto. Esa circunstancia fue observaba por transeúntes que pasaban por la zona, que ayudaron a evitar que el detenido escape y lo entregaron a la Policía.
Fuentes policiales y judiciales informaron a Primer Plano Online que el malviviente fue identificado como Ángel Daniel Moriales (32), domiciliado en Moreno. Su cómplice, asimismo, logró escapar y abandonó la moto unas cuadras después para evitar ser seguido.
Qué delitos le imputa la justicia al detenido tras las dos salideras en Ituzaingó
Moriales está imputado por los delitos de robo simple en concurso real con robo simple en grado de tentativa, porque la mochila de la segunda víctima fue recuperada. La fiscal Gabriela Millán, de la UFI Descentralizada Nº 1 de Ituzaingó, ya lo indagó y solicitó su detención, que fue convalidada por el juez de Garantías Ricardo Fraga.
En tanto su cómplice se escapó con el bolso que le había sustraído minutos antes a otra joven de 28 años que terminaba de retirar dinero en efectivo de la sucursal del Banco Francés, ubicada en 24 de Octubre y Rondeau del lado sur.

Como sea, el caso también deja algunas reflexiones. Por un lado, las salideras no necesariamente son cometidas por organizaciones que cuentan con el respaldo de trabajadores bancarios, como muchas veces se cree: acá eran dos improvisados que salieron a la caza.
Por el otro, dos sujetos en moto en cercanías de la zona bancaria son sinónimo de peligro. Ahí deberían radicar los controles policiales para evitar esos delitos. Por último, lo arriesgado que resulta intentar hacer justicia por mano propia: nadie sabe qué hubiera pasado si los malvivientes estaban armados.