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lunes, abril 28, 2025
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Está lista para el juicio la causa por el crimen de Judith Viviani, la docente asesinada en la puerta de su casa de Haedo

Mayo de 2020. Esa es la fecha prevista para el juicio contra los acusados de haber matado a sangre fría a Judith Viviani, la docente asesinada en la puerta de su casa de Directorio al 500, en el Barrio Güemes, de Haedo.

Este artículo es, en rigor, una reconstrucción del hecho, en base al relato de fuentes judiciales y policiales que realizó Primer Plano Online. Además, este medio pudo hablar con el hermano de la víctima, que nunca conversó con la prensa hasta el momento y que contó muy pocas cosas sobre un hecho que aún lo tiene atravesado por el dolor. Es que dos hijos adolescentes quedaron huérfanos en ese entonces, porque un año antes había fallecido el papá de ambos de un ataque cardíaco. «Si los detenidos son los culpables, que paguen por lo que hicieron, pero si no son que no los culpen de algo de lo que son inocentes», se lo escuchará reflexionar.

Lo que se sabe hasta ahora es que eran cuatro los malvivientes que integraban la banda que salió de raid delictivo la noche del 18 de febrero de 2017, y que se manejaban en dos autos. Todo indica que se trata de la misma gavilla que le quiso robar el auto a un comisario de la DDI, que se dio cuenta y reaccionó a tiempo para evitarlo: cerró rápido el portón.

Pero los malvivientes siguieron su gira, en busca de blancos que no los compliquen. Y se encontraron con la docente Judith Viviani, que llegaba a su domicilio sobre la calle Directorio al 500, en Haedo. De la camioneta Renault Duster que conducía bajó uno de sus hijos para abrir el portón de su casa, y en ese interín frenó un auto negro, en el que viajaban los asesinos. Era un Citroën C3, que tenía otro vehículo de apoyo.

Judith Viviani

Uno de los ladrones se puso al lado de Judith, y el otro del lado de su hijo. El perro de la familia ya había salido a la vereda para recibirlos, y se tiró sobre uno de los malvivientes para defender a sus dueños. Detrás de ellos estaba parado un auto que había acompañado a los Viviani para que la mujer guarde la camioneta y luego irse con el hijo. Al ver la secuencia, ese coche salió rápido de allí para escapar. En ese instante, uno de los delincuentes le disparó a la docente en la nariz.

“Mi hermana murió en mis brazos. Escuché los gritos, salí corriendo y ella estaba convulsionando. A los pocos segundos murió”, narró Claudio Viviani en conversación con Primer Plano Online. Es lo poco que se anima a expresar: un año antes, por un ataque cardíaco, el marido de Judith, o sea su cuñado, también había muerto en sus brazos.

Al fugarse de la escena del brutal crimen, los asesinos no detuvieron su gira delictiva. En el trayecto robaron un coche New Beetle blanco en cercanías del boliche Pinar de Rocha, más concretamente en la esquina de Emilio Mitre y Chassainge, en Villa Sarmiento. Allí se dividió la banda: dos se fueron en ese vehículo y otros dos siguieron en el negro.

Según pudo reconstruir Primer Plano Online, en el momento del hecho el fiscal Fernando Capello dio a la Policía una instrucción común para este tipo de investigaciones. “Vayan a los complejos a ver si aparece alguno de los autos”, fue la indicación. Los efectivos recorrieron las zonas del barrio Carlos Gardel y Ejército de Los Andes, en Ciudadela, y en esa segunda barriada encontraron el New Beetle arriba de una vereda, en la puerta de una vivienda familiar.

Testigos consultados por los investigadores narraron que de ese coche bajaron tres personas e ingresaron corriendo a la finca. La justicia ordenó entonces un operativo cerrojo y que se detenga a quien saliera de allí. Los primeros en salir fueron un joven y su novia, y ambos fueron aprehendidos. La vigilancia quedó en el lugar y, al otro día a la mañana, fue reducido otro de los jóvenes que salió de la casa, mientras el restante se escapó corriendo por los techos y del que no se supo nunca más nada. Adentro de la finca encontraron un arma calibre .38 especial Jaguar, con una vaina servida y 5 cartuchos intactos.

Judith Viviani

Actualmente están detenidos y a la espera del juicio Walter Alejandro Leivas y Luciano Leónidas Leguizamón. Enfrentan una causa por robo agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa, homicidio agravado criminis causa cometido mediante el empleo de arma de fuego, robo agravado por el uso de arma de fuego y portación ilegal de arma de guerra, todos en concurso real entre sí. Para los dos, el castigo puede terminar con una prisión perpetua.

Para la justicia el hecho está esclarecido en parte. Hay, en el expediente, un reconocimiento positivo realizado por el hijo de Viviani y otro por el dueño del New Beetle. Ambas víctimas reconocieron a uno y otro de los detenidos pero a través de fotos, dado que ambos se negaron a la rueda presencial. Es un derecho que está establecido en el Código Procesal Penal. El abogado de los acusados, Ricardo Malvicini, no respondió los mensajes de este medio.

Las cámaras de seguridad no registraron el momento del hecho, pero sí el recorrido del vehículo en que se movilizaban los malvivientes. Es otra de las pruebas con las que cuenta la justicia para avanzar con el esclarecimiento del caso.

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