La Escuela Internacional de Verano en Inteligencia Artificial (IA) fue organizada en forma conjunta por la Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) y la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).
La innovadora iniciativa estuvo destinada a docentes, investigadores y estudiantes de carreras afines a la temática quienes para participar de la escuela debieron acreditar conocimientos básicos en álgebra lineal, análisis matemático, probabilidad y estadística, programación y aprendizaje automático.
El rector de la UNAHUR, Jaime Perczyk, destacó que “no es la primera vez que la universidad se enfrenta al desafío de generar y transmitir conocimiento. Tenemos que ser protagonistas de este proceso que nos presenta la IA y que nos abre una perspectiva de futuro”.
Por su parte, el rector de la Universidad de San Martín (UNSAM), Carlos Greco aseguró que “con esta iniciativa, nos estamos apropiando de este proceso de irrupción de la IA; lo estamos conduciendo y orientando desde instituciones muy jóvenes”.
El diseño de un dispositivo de neuromodulación durante el sueño para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson y el Alzheimer, fue uno de los temas que abordaron los doctores Rodrigo Ramele y Gonzalo Uribarri, investigadores del KTH Royal Institute of Technology, Suecia
“Uno puede medir la actividad cerebral de una persona, usando unas sopapitas que se ponen en la cabeza para medir la actividad eléctrica, y eso es una manera no invasiva para tener datos de esa persona. Esos datos nos sirven para tener un diagnóstico temprano de una persona con Alzheimer o Parkinson, que son enfermedades difíciles de diagnosticar o se diagnostican cuando aparecen síntomas que se expresan de manera evidente”, explicó Uribarri.

El Dr. Jinming Duan de la University of Birmingham, Inglaterra, fue el expositor de los avances del uso de la IA para las imágenes médicas, mientras que el Dr. Daniel Luna disertó sobre las lecciones aprendidas en la implementación de un programa de IA institucional.
La Escuela estuvo organizada en dos grandes ejes: uno vinculado a los dilemas éticos y el impacto social que plantea la IA, y un segundo en el que se anticiparon los desafíos del campo de la IA y la ciencia de datos, centrados, sobre todo, en contar con profesionales que dominen las técnicas adecuadas para transformar grandes volúmenes de datos en información valiosa y accionable.