Un grupo de familiares y amigos de Rosa Lucero, vacunadora desde hace tres décadas y actualmente personal del hospital municipal materno infantil de Pontevedra, en Merlo, se manifestaron este mediodía en las puertas del nosocomio para denunciar la delicada situación de salud que atraviesa la mujer.
Consultada por Primer Plano Online, Violeta, la hermana de Rosa, detalló que Lucero fue obligada a ir a trabajar pese a tener síntomas de Covid y desde hace 30 días se encuentra internada en grave estado de salud en el hospital Argerich, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, “con diálisis, una traqueostomía y respirador artificial”.
La mujer, además, tiene patologías previas que la convertían en una paciente de riesgo en caso de contraer el virus: es diabética, sufre insuficiencia respiratoria e hipertensión. Según describió su hermana, cuando comenzó con síntomas compatibles con el Covid “no fue hisopada y le exigieron seguir trabajando”.
La protesta, que estuvo acompañada por una delegación del Sindicato de Trabajadores Municipales de Merlo, se realizó luego de lo que consideraron como un “fracaso”: una reunión con el intendente Gustavo Menéndez el martes pasado en la oficina del jefe comunal. Al cónclave asistieron la hermana de Rosa, la hija y el yerno.
“Me trató como una patotera, y hasta me calificó como macrista. Le fuimos a reclamar por los responsables de esta situación, que son la directora del hospital de Pontevedra, Andrea Álvarez; la supervisora Mónica Ventura; el jefe de área, Luis González; y Gisela Peralta, que es de Desarrollo Humano. Ellos son los responsables del estado de mi hermana”, se quejó Violeta.
Sin embargo, el mandatario les aseguró que se había tratado de “un simple error”, según las palabras de la hermana de Lucero. Molestos por la falta de respuestas, decidieron movilizarse para pedir la remoción de la cúpula del centro de salud. “No queremos que haya otra Rosa más”, cerró la mujer, que ahora pugna por la recuperación de su hermana, cuya salud “está en manos de Dios”.