Un delincuente sufrió una paliza y terminó detenido tras intentar robar en un comercio de Ituzaingó y ser reducido por un cliente del lugar, al que le había exigido la entrega de sus pertenencias, y por trabajadores del negocio, que salieron en su defensa.
El hecho ocurrió en la panadería Martino, ubicada en Bacacay y Pirán, mientras un circunstancial cliente estaba desayunando en el lugar. En un momento ingresó al local un sujeto luego identificado como Matías Ezequiel Martínez (37), quien se acercó al comensal y obligó a que lo acompañe hasta la caja registradora y se tire al piso.
El ladrón en todo momento hizo ademanes de poseer un arma en su cintura y, de ese modo, también intimidó a la cajera del comercio, a quien le exigió la entrega del dinero recaudado. “Eran apenas 4 mil pesos”, precisaron fuentes de la investigación consultadas por Primer Plano Online.
El malviviente guardó el dinero en su cartera mientras seguía intimidando al cliente, al que le pidió que se tire al piso. En esas circunstancias aprovechó para robarle un reloj pulsera que tenía colocado, luego se acercó a la mesa que ocupaba la víctima y tomó su mochila para irse del comercio. Sin embargo, tuvo un gesto particular: le devolvió su notebook, que optó por no llevarse.
La reacción de la víctima
El frustrado ladrón no contó con la reacción del asaltado, que además recibió colaboración de otro trabajador que irrumpió en la escena con una pila de prepizzas con las que golpeó al atacante y después se sumaron dos empleados más, de los cuales uno tiene experiencia en artes marciales y defensa personal.
Si bien no llega a apreciarse en las imágenes de video, la golpiza que recibió en malviviente entre varios sujetos fue para que le duela un largo tiempo y que se arrepienta la próxima vez que intente cometer un hecho similar. Incluso antes de caer al suelo había sacado de entre sus ropas un cuchillo tipo puñal, que no pudo usar.

Una vez reducido, el delincuente fue entregado a la Policía y el fiscal Marcelo Tavolaro, que trabajó el expediente con el secretario de la Fiscalía Descentralizada Nº 1 de Ituzaingó, Pablo Ávila, después de tomar las testimoniales de rigor y de recopilar la evidencia fílmica solicitó su detención, cosa que fue convalidada por la jueza de Garantías Laura Mariel Pinto.
El funcionario le imputa el delito de robo agravado por el uso de arma en grado de tentativa, y quedó detenido por sus antecedentes penales. En 2020 había sido condenado a 3 años de prisión por el delito de robo agravado por el uso de arma de utilería, y otra posterior por robo agravado por el uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no puede tenerse de ningún modo por acreditada por la cual recibió la pena de tres años y cuatro meses de cárcel. Sin embargo, continuaba en libertad.








