Gustavo Hernán Giménez estuvo nueve meses detenido en el penal de Ezeiza a la espera de que la justicia argentina decida su destino en relación a un pedido de extradición que pesaba sobre él por un delito que no cometió de parte de un juez norteamericano.
Su esposa, Noelia Rivera, ocupa desde que el joven cayó en desgracia, la pequeña casita familiar que alquilan en Paso del Rey, partido de Moreno, donde cría al hijo de ambos, de apenas cinco años. Es licenciada en Psicología, cuya especialidad es la protección de Derechos del Niño y Adolescente, y actualmente trabaja en la Dirección de Niñez y Adolescencia del Municipio de Ituzaingó.
Después de un tiempo de angustia y desesperación, en el que la mujer nunca dejó de confiar en su marido, con quien está en pareja hace 18 años, la historia se puede sintetizar en un final feliz: Gustavo fue liberado por el juez Rodolfo Canicoba Corral y no será extraditado. Pero, además, quedó al margen del proceso judicial por estafas que se le abrió.
UNA HISTORIA INCREÍBLE
De 34 años como Noelia, Gustavo fue detenido en su trabajo por la Interpol el 23 de febrero de éste año. En el momento de la aprehensión recayó sobre sus espaldas una solicitud de extradición hacia Estados Unidos. Tras pasar por diferentes dependencias policiales y judiciales, finalmente el 3 de marzo lo trasladaron al Complejo Penitenciario Federal N° 1 de Ezeiza, donde estuvo privado de su libertad hasta el miércoles pasado. Eran las 3 de la madrugada, luego de los trámites de rigor, cuando las puertas se abrieron para encontrarse con el abrazo interminable de su mujer.
Gustavo enfrentó durante todo este tiempo una acusación por fraude electrónico, fraude postal y tentativa de asociación delictuosa. Fue acusado como supuesto responsable en Argentina del call center ‘American Lab’, entidad en la cual trabajó durante 9 años, siempre como un simple empleado que prestaba servicio alrededor de 12 horas diarias y con gran parte de su sueldo en negro, según el relato que expuso su esposa ante Primer Plano On Line. En esa empresa vendía productos de estética al mercado hispano en Miami, como fajas y cremas reductoras entre otras cosas. El salario era de 6 mil pesos finales de ese tiempo, con comisiones.
En 2013, de manera abrupta y luego de que se procediera a la detención de los dueños de ese call center -Martín Gioja y Daniel Carrasco- en EE.UU por los mismos delitos de los que se acusa a Gustavo, todos los empleados de la firma quedaron en la calle, sin percibir sus sueldos o las indemnizaciones correspondientes, entre los cuales estaba el vecino de Moreno. Sin embargo, dos meses después, el muchacho consiguió trabajo en otro call center llamado ‘Aegis’ donde se desempeñaba hasta el momento de la detención.
Tanto Gioja como Carrasco (dueños American Lab) cumplen hoy día una pena de 10 y 12 años, respectivamente, en el país norteamericano. Pero con el fin de obtener un beneficio en la justicia de Estados Unidos y aminorar sus penas, se presentaron como colaboradores involucrando a Gustavo y lo señalaron como responsable directo del call center en Argentina, motivo por el cual solicitan su extradición para enjuiciarlo allí.
Según informó Noelia Rivera a Primer Plano On Line, los responsables de la firma en Argentina eran los gerentes, quienes mantenían contacto directo con los dueños. Entre ellos, una mujer llamada Constanza Cadra, sobrina del mencionado Gioja, y otro compañero de Gustavo que está en la misma condición que él pero al que ella prefiere no mencionar. Tanto Cadra como los detenidos en norteamérica eran los encargados de dar las directivas a quienes se encontraban por debajo en la escala jerárquica (supervisor de ventas, teams leader y vendedores).
“Gustavo era un simple vendedor que por un grupo de inescrupulosos, poderosos y adinerados se encuentra involucrado en una situación desesperante separado de su familia, y sobre todo siendo inocente”, le relató en su momento Noelia Rivera a Primer Plano On Line. Pero no aflojó y siguió adelante con la inestimable colaboración de los abogados de la familia Gabriela Carpinetti y Nahuel Bergier, quienes fueron felicitados por el juez Canicoba Corral en el juicio por la extradición y la manera en que defendieron a su cliente.
Gustavo recuperó su vida, su familia, su casa, su mundo. Le espera una reinserción en una sociedad hostil que mira de reojo a todo aquel que haya pasado por la prisión, siendo culpable o inocente. “¡Dios y el Universo nos ha ayudado, al igual que TODOS Uds! GUSTAVO ESTA EN LIBERTAD!!!!!!!!!!!!!!”, posteó Noelia en su cuenta de Facebook. Cuando le contó la noticia a Primer Plano On Line llegó el consecuente pedido de entrevista con el protagonista de esta triste historia pero con final de cuento de hadas. Ahora, Gustavo debe recuperarse psicológicamente de todo lo que está atravesando por estas horas y ya llegará el momento de enfrentar las cámaras.