Un ruidoso reclamo de médicos y médicas del oeste en su día se oyó fuerte en las puertas del hospital San Juan de Dios y del Sanatorio de La Trinidad, ambos en Ramos Mejía. Lo particular de la jornada es que no estuvieron solos y que caminantes y automovilistas que pasaban por allí manifestaron su reconocimiento y aplauso a la lucha por un salario digno a quienes estuvieron y están en la primera línea de combate contra el coronavirus.
“Es una vergüenza. La hora de nuestro trabajo es pagada $450, y ni hablar de los residentes, que trabajan 120 horas y perciben menos de $100. Por todo esto, les pido un aplauso para los médicos, porque a pesar de esos sueldos de miseria pudimos enfrentar la pandemia, y triunfamos en esa lucha”, expresó Erick Mendoza, secretario general de la Asociación de Médicos de la Argentina (AMRA).
Luego de su enfático discurso, el dirigente sindical fue convocado por las autoridades del hospital San Juan de Dios para discutir los puntos del reclamo, pero no hubo acuerdo y las medidas de fuerza y de protesta continuarán en los próximos días. Es más: anunciaron que el conflicto se profundizará y se extenderá a otros nosocomios privados de la región oeste, según confirmaron a Primer Plano Online desde AMRA.
De la movida participó el Mauricio Esquinazi, presidente del Colegio Médico Distrito 3. La petición que oyeron las autoridades de ambos centros de salud es general, tanto para el sector público como privado y el ámbito de la seguridad social: un salario básico de no menos de $100.000 para médicos/as ingresantes; remuneraciones mínimas de $30.600 para guardias de 24 horas y $36.720 para quienes tengan título de especialista; y exención del pago del Impuesto a las Ganancias.
“Mientras la mitad de nuestros colegas han perdido al menos una fuente laboral en esta pandemia y siguen sin recibir aumentos desde hace más de un año, las empresas de salud prepagas aumentaron sus ingresos. Pero la crisis en salud la pagamos los trabajadores a costa de nuestro empobrecimiento”, concluyeron los profesionales de la salud, que afirmaron que, pese a ser su día, “no hay nada que festejar”, mientras nombraban a quienes perdieron la vida durante la pandemia.