La imagen es desoladora, por cierto. Pilotes colocados al costado de los divisores de cemento que dividen las vías de la calle; varillas de hierro recostadas sobre las estructuras en completo abandono; y partes a las que le falta prácticamente nada para ser terminadas y permitir el cruce vehicular por encima del paso del tren Sarmiento.
Así están en estos momentos los puentes diseñados por la gestión anterior para descomprimir el paso de autos por las barreras de la zona y permitir un paso de norte a sur y viceversa en Haedo. El “no hay plata” del presidente Javier Milei condenó definitivamente a las dos obras al abandono, y es una verdadera incertidumbre saber qué pasará en el corto plazo.
Por un lado está el puente a la altura del Instituto Güemes de Haedo, cuyo sentido de circulación es de sur a norte y tiene subida por avenida Rivadavia y descenso por Segunda Rivadavia al 14.900, justo frente a la puerta de ingreso al centro de salud. Es el que está más avanzado en cuanto a su ejecución, pero todavía falta bastante sobre todo de la parte civil, una vez colocado el hormigón.
Por el otro está el cruce de la calle Brasil, ya en Villa Sarmiento, que fue pensado con sentido de circulación de norte a sur, con ingreso por Segunda Rivadavia a la altura del boliche Pinar de Rocha y salida por avenida Rivadavia. Ahí solamente están colocados los pilotes base.
Ambas estructuras quedaron paralizadas desde la asunción del actual Gobierno Nacional, que canceló por completo la obra pública, incluso aquellas que tenían un importante grado de avance, que según voceros oficiales eran las que se iban a completar.
Lo que más preocupa sobre estos trabajos en particular es la falta de interlocutores para poder saber qué ocurrirá. Fuentes del Municipio de Morón consultadas por Primer Plano Online indicaron que no existe diálogo con las autoridades porque “no tenemos con quién hablar”. Este medio incluso intentó buscar alguna precisión con Trenes Argentinos y no pudo obtenerla.
En ese marco también hace ruido la paralización en el gremio Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), organización desde la cual denuncian que hay más de 50.000 despidos directos y reclaman a las autoridades una mesa de diálogo y la reactivación de las obras públicas.
TANDANOR, UNA DE LAS EMPRESAS A PRIVATIZAR
Como es sabido, la idea del Gobierno libertario es que “toda empresa estatal que se pueda privatizar se privatizará”. Entre los planes originales están Trenes Argentinos y Tandanor, firma con la que la operadora ferroviaria firmó el convenio para la construcción de los puentes vehiculares.
Desde su reestatización en 2007 decidida por el extinto presidente Néstor Kirchner, Tandanor han reparado más de 860 buques nacionales y extranjeros. En 1991 había sido privatizada por el entonces presidente Carlos Menem y en 1999, después de que los principales accionistas declararon una quiebra que se presume fraudulenta, la mayoría de los trabajadores continuaron con sus tareas.
Según recordó la agencia Noticias Argentinas, al reestatizar Tandanor por decreto, Kirchner declaró “nula de nulidad absoluta” la privatización realizada en la década anterior y en recompensa por sus esfuerzos para mantener en actividad la empresa, los trabajadores del astillero recibieron el 10% de sus acciones. El resto pertenece al Estado Nacional.
Con esos antecedentes y en el contexto actual, fuentes militares de la Armada Argentina explicaron a la citada agencia que Tandanor “funciona de manera muy eficiente”, con ganancias en sus balances entre 2020 y 2023, pero que la empresa carece de “proyectos de envergadura”.
Por ejemplo, más allá de los cruces vehiculares sobre las vías, se están produciendo 12 unidades para recuperar la capacidad de remolque sin depender de terceros para maniobrar a las distintas unidades en su salida a navegación. Esos trabajos debieran estar finalizados, pero la frase “no hay plata” no es nueva ni es original de Javier Milei: viene desde la presidencia de Alberto Fernández.