Mariela Benítez tenía 44 años. Había comprado un Fiat Uno usado hace un tiempo, que puso a la venta para poder mudarse con sus hijas. Estaba siendo destinataria de amenazas y acoso de parte de su expareja, detenido por varios delitos, y hasta incluso le habían baleado la casa en enero en un hecho que nunca se esclareció.
Ahora fue todo distinto. Y tan certero como la muerte. Es que publicó un aviso con la venta de ese rodado, al que había reparado para obtener unos pesos más en relación a lo que lo abonó. Lo publicó por redes sociales y se sentía contenta de que rápidamente halló un interesado que hasta dijo tener el dinero. Acordó un encuentro con él en su propia casa, ubicada en Achupallas al 6800 de González Catán, en La Matanza.
El supuesto interesado llegó al domicilio. Y apenas ingresó pidió permiso para ir al baño. Benítez le indicó dónde estaba, lo esperó sentada en su oficina y, ni bien salió, el sujeto intercambió “algunas palabras con ella”, no se sabe el tenor. Así lo describió Priscila, hija de la mujer. “Directamente le dio un disparo al corazón desde corta distancia”, precisó la joven.
Fue su hermanita, de 14 años, la que la llamó por teléfono para avisarle lo que había ocurrido con su madre. La menor lloraba desconsolada y fue quien también contactó al 911 para solicitar presencia policial. Mariela fue llevada de urgencia en ambulancia al hospital Simplemente Evita, en donde luego de operarla los médicos le confirmaron a su familia que no resistió la intervención.
La hipótesis de su familia y el pedido de ayuda para darle sepultura
“No fue un robo. Vino a matarla”. Priscila descarta por completo que se haya tratado de un hecho fortuito y cree que fue algo organizado. Tiene sus sospechas: apunta contra la expareja de su mamá, que está detenido por “varios delitos” y que mantenía amenazada a la mujer aún desde la cárcel.

“En enero nos tirotearon la casa y las amenazas eran permanentes. Mi mamá estaba buscando vender el auto para irnos lejos de acá y este hombre, Jorge Cepeda, seguro está detrás de lo que pasó. Otro detenido que está en el mismo penal que él llamó a mi mamá y le contó que estaba dando todos sus datos para vengarse. Es obvio que mandó gente para que la maten y lo logró”, completó la chica en conversación con Primer Plano Online. Un dato no menor: Benítez contaba con botón antipánico de la empresa Prosegur, que pagaba todos los meses, al igual que las cámaras de seguridad.
Priscila ahora está a cargo de su hermanita y también están en pánico por lo que pasó. Ahora perdieron a su mamá y sólo quedan preguntas sobre lo ocurrido, angustia y temor. Además, saben que necesitan reunir una suma cercana a los dos millones de pesos para velar y enterrar a su mamá. Para eso habilitaron una cuenta para recibir donaciones, que por pequeñas que sean ayudarán en la urgencia.
La cuenta para colaborar con la familia s JU20460907072.NX.ARS, a nombre de Franco Agustín Juárez
La causa, recaratulada ahora como homicidio agravado por el uso de arma de fuego, quedó bajo investigación del fiscal Claudio Fornaro, de la UFI Temática Homicidios de La Matanza.