La jornada más dura y conmovedora en el juicio por el brutal ataque a la comisaría de San Justo, ocurrido en la madrugada el 30 de abril de 2018. Ayer se escuchó el relato de la oficial Rocío Villarreal, la agente baleada cuando resistió el asalto a tiros y se llevó la peor parte: quedó paralítica de por vida.
Si bien antes de sus palabras expuso la médica que la atendió, y realizó una descripción durísima del cuadro en el que quedó la joven agente, con detalles realmente conmocionantes, luego llegó el turno de Villarreal. Ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de La Matanza y por una plataforma virtual, desde su casa, Rocío comenzó a contar parte del hecho vivido hasta que se quebró por el llanto.
“Lo único que pido es justicia. Ya no puedo tener una vida normal. Me arruinaron para siempre”, alcanzó a expresar la joven entre lágrimas. Después de eso no pudo continuar con su declaración para recrear aquella fatídica madrugada. Con sólo 27 años, la mujer enfrenta la durísima realidad que indica que nunca más volverá a ser aquella que era antes del ataque.
Rocío Villarreal, la policía baleada en la comisaría de San Justo que lucha por volver a caminar
Ante el tribunal integrado por los jueces Franco Fiumara, Pablo Gayol y Nicolás Grappasonno, también expuso en la jornada del martes el personal policial que intervino en la detención de los acusados, en los secuestros de los celulares, en las aperturas y posteriores transcripciones, en donde quedó clara la planificación del asalto a la dependencia ubicada en Villegas 2459. Además atestiguó el comisario de ese momento de San Justo, que habló sobre el vídeo donde se ve a la abogada pasando el celular a uno de los detenidos y explicó cómo y cuándo se llevan a cabo las requisas.
En el banquillo de los acusados están sentados Leandro David Aranda (25), el preso al que intentaron rescatar; su esposa Zahira Ludmila Bustamante (22), ambos señalados como organizadores del golpe. Aranda estaba preso desde 2017 como acusado de haber cometido un crimen narco en una villa de La Matanza.
Por su parte, la por entonces abogada de Aranda, Leticia Analía Tortosa (41), quien aprovechó una de sus visitas a la comisaría para entregarle a su defendido el teléfono con el que, unos días antes y desde el calabozo, se comunicó con la banda para planificar el hecho. Los otros cinco acusados son Tomas Sosa (22), Daniel Alberto Rodríguez (33), Sebastián Ariel Rodríguez (42), el mecánico Gonzalo Fabián D’Angelo (25) y Bruno Damián Postigo Marullo (22).
Los delitos que enfrentan son cuatro tentativas de homicidio agravadas por el concurso premeditado de dos o más personas criminis causae contra un miembros de la fuerza seguridad pública y por haber sido cometido mediante el empleo de arma fuego en grado de tentativa, además de portación ilegítima de arma de guerra y evasión en grado de tentativa.
Se espera que el próximo lunes sean los alegatos y después sólo queda conocer la sentencia de un hecho estremecedor, que marcó la vida de una joven agente policial para el resto de sus días.