Hace instantes, luego del allanamiento al domicilio particular de la psicóloga de Diego Armando Maradona una oficial de la Policía porteña no la pasó nada bien: protagonizó un blooper y más que seguro terminó llorando (e insultando al conductor del vehículo policial al que se subió).
Es que cuando se retiraba del lugar, tras cargar las cosas que incautaron por orden judicial en el auto que trasladó a los agentes hasta el lugar, se vio en vivo el doloroso incidente, involuntario por cierto.
Cuando el conductor se aprestaba a arrancar, no se percató que la joven oficial sentada en el asiento trasero tenía la mano puesta en la carrocería del rodado, sobre la margen izquierda. De repente cerró la puerta y le agarró los dedos.
Por los vidrios polarizados del vehículo no fue posible ver las muestras de dolor de la joven, pero no es tan difícil imaginar lo que pasó por su cuerpo cuando la puerta se cerró y su mano quedó atrapada.
