Familiares y amigos de Débora Ríos, la playera de YPF asesinada salvajemente en la madrugada de ayer cuando iba rumbo a su trabajo, se manifestaron para dar cuenta de su indignación por el aberrante crimen, al que calificaron como “inconcebible”. Además, reclamaron que la justicia caiga con todo el peso de la ley a los asesinos, dos de los cuales ya están detenidos.
“No sé cómo llamarlos”, señaló Alicia, la mamá de la víctima, en diálogo con Semanario Actualidad. “Son unos malditos. A qué barrio vinimos a parar también nosotros”, agregó la mujer, visiblemente conmovida. Su hija era sostén de hogar, donde vivía con ella y con su hijo de 13 años.
Carlos, hermano de Débora, se preguntó “qué puede tener un trabajador que va con la ropa puesta a 120 metros del lugar donde vive”. “El delincuente vive a 15 metros de donde pasó todo. Es una cosa inconcebible”, enfatizó. Además, se quejó por la demora en la llegada de la ambulancia para atender a su hermana.
Débora se había mudado a Moreno en diciembre pasado. Fue por una sugerencia de la encargada de la estación de servicio en la que trabajaba. Antes vivía en San Cristóbal. “Ojalá que las investigaciones y la colaboración de los testigos ayude a que todo se esclarezca”, concluyó Carlos. La joven, de 36 años, viajaba todos los días casi dos horas rumbo a su trabajo en la localidad de Martínez.
LA INVESTIGACIÓN
Según informaron fuentes judiciales a Primer Plano Online, está confirmado que la investigación tiene datos para posar la sospecha en la participación de un tercer implicado, que habría participado del brutal ataque junto a los arrestados ayer. Se trata de Enzo Leonel Aylan (24) y Alexis Iván Matcovich (20), que estaban en viviendas ubicadas a pocos metros del lugar del crimen.
Esta mañana están convocados para declarar ante la fiscal Carina Saucedo, de la UFI Nº 2 del Departamento Judicial Moreno-General Rodríguez, a cargo de la causa. La funcionaria recibió anoche el resultado de la autopsia, que confirmó que “la muerte se produjo por paro cardiorrespiratorio traumático producido por un trauma grave en el cráneo”.
El cuerpo de Débora presentaba aproximadamente 31 heridas de por lo menos dos armas cortopunzantes. “Una monofilo y otra similar a un destornillador”, precisaron las fuentes consultadas por este medio.
