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domingo, febrero 16, 2025
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El estremecedor juicio en Morón contra pervertido que violó a sus hijas y embarazó a una de ellas

“Pónganme la pena que quieran, yo ya encontré a Dios”, les dijo Martín Horacio Escobar Behr a los jueces del tribunal. Las víctimas eligieron declarar y contar en el debate las vejaciones a las que fueron sometidas. El acusado estuvo prófugo entre 2015 y 2021, cuando fue detenido en Puerto Iguazú, cercanías de la triple frontera con Brasil y Paraguay.

El Tribunal Oral Criminal Nº 2 de Morón, a cargo de los jueces Osvaldo Cedarri, Humberto González y Andrea Bearzi, convocada para cubrir el cupo que todavía está vacante, está llevando adelante el juicio contra Martín Horacio Escobar Behr, el sujeto que permaneció prófugo de la justicia entre 2015 y 2021, cuando fue detenido por la Policía Federal en la ciudad de Puerto Iguazú, Misiones, en cercanías de la triple frontera con Paraguay y Brasil.

La acusación contra el imputado no tiene discusión alguna. Violó en reiteradas ocasiones a sus hijas entre mediados de 2004 y abril de 2011 en la vivienda familiar del Parque San Martín, en Merlo. Incluso a la mayor de ellas la embarazó y, producto de esa gestación, nació en abril de 2011 una niña que actualmente tiene 12 años y cuyo padre biológico es, en realidad, su propio abuelo.

Las dos hijas declararon ante el tribunal y expusieron todas y cada una de las vejaciones padecidas por parte de él, su progenitor, como lo llamaron. El imputado pidió perdón y completó su discurso: “pónganme la pena que quieran, yo ya encontré a Dios”.

La fiscal Paula Hondeville, de la UFI Nº 10 especializada en Violencia de Género e Intrafamiliar, le había imputado en la investigación los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado en concurso ideal con corrupción agravada. Pero luego de entregar voluntariamente su sangre para el análisis de ADN desapareció hasta su arresto en agosto de 2021 en un comercio de la avenida Libertad y Papa Francisco de Iguazú en un local de artículos regionales donde trabajaba con su identidad real.

Las víctimas tienen hoy 31 y 22 años. Y sus testimonios, de una entereza encomiable, ventilaron una trama de perversidades que convirtieron sus vidas en un calvario, como ellas mismas señalaron. El fiscal del juicio, Pablo Galarza, solicitó la pena de 25 años de prisión por los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo reiterado en varios hechos, y gravemente ultrajante en otros.

Y una mirada jurídica novedosa: el fiscal también pidió que sea considerado un agravante para la pena la alteración del derecho a la identidad que sufre la niña que es producto del incesto. En los próximos días se conocerá la sentencia.

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