Hace 60 años vive a dos cuadras de la cancha del Club Atlético Ituzaingó y, en distintas etapas de su vida, colaboró desinteresadamente con la institución. Ahora, fue la entidad la que le tributó un cálido homenaje para celebrar sus 90 años. “Que los cumplas feliz”, le cantó la hinchada entre fuegos artificiales.
Se trata de Horacio Cattáneo, el hincha número 1 del CAI, quien el pasado 8 de mayo llegó a las nueve décadas. “Cuando falleció mi mamá, en 1988, su terapia pasó a ser el club y le fue muy bien: estar en contacto con tantos chicos hizo un arraigo muy fuerte”, contó a Primer Plano Online Pablo, el hijo del agasajado.
“La mística que despertó el club en él lo hizo brindarse a pleno”, agregó Pablo, quien recuerda las comidas que su papá preparaba en la casa para que chicos que viajaban lejos para volver a sus domicilios no se fueran con la panza vacía.
Horacio supo integrar comisiones directivas, pero jamás aceptó cargos ni nada por el estilo: toda su colaboración la hizo como le nacía. Desde arreglar el césped del campo de juego hasta pintar una puerta, en cada rincón dejó su sello. Incluso, por su pasado futbolero (jugó en Boca y en Almagro) brindó charlas motivacionales a distintos planteles del CAI.
“Muchos lo conocen como ‘el gritón’, porque siempre se definió como un antipolítico y supo decirles cosas en la cara a los funcionarios. Incluso muchas veces iba a tomar mates al Concejo Deliberante y tiraba comentarios sin filtro”, rememoró su hijo. Pablo cree que el secreto de su papá es haber crecido en otro tiempo, con una alimentación y pensamiento diferente.
Horacio tiene una estima personal por varios de los actuales directivos del club, a los que vio crecer. Y siempre ocupa su lugar en la platea nueva, la que se construyó en pandemia en el estadio Carlos Sacaan, donde no hay partido que se pierda. De hecho, en el marco del “homenaje en vida”, el presidente actual, Hernando ‘Nando’ Politano le entregó una plaqueta distintiva.
‘Catta’, tal cual lo identifican en la cancha, es el hincha más reconocido del ‘Verde’ y el más longevo. Además, el socio con mayor antigüedad. “Es una marca que le quedará para siempre y que atesora con todo su amor”, cerró Pablo, agradecido por el reconocimiento a su padre. Él también sigue los pasos que le enseñó Horacio: su colaboración “sin cargos” con el CAI. Lo que se llama arraigo.
