Ocho estudiantes de la carrera de Tecnicatura en Periodismo Deportivo Integral de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM) realizaron un documental para recordar la masacre ocurrida en la cancha de Almirante Brown, en Isidro Casanova, en la que un efectivo de la Policía bonaerense asesinó a Mariano Guaraz e hirió de gravedad a otros dos hinchas del Deportivo Morón.
Se trata de Ariadna Fernández, Maite López, Nancy Agüero, Carla Di Mario, Matías Mercado, Franco Ramírez, Mauro Vallejos y Uriel Grandolio, quienes forman parte del Taller de Narrativas y Contenidos Audiovisuales IV, una materia que se dicta en el segundo año de la carrera. La idea del proyecto propuesta por los docentes fue realizar un programa especial para abordar alguna temática de la zona que valga la pena recordar.
“A nosotros se nos ocurrió elegir esta problemática ya que el abuso policial en las canchas es frecuente. Era nuestro único parcial de la materia, así que lo estuvimos preparando durante todo el cuatrimestre. Buscamos los contactos, armamos una carpeta de investigación, los guiones y avanzamos con las entrevistas”, contaron los integrantes del equipo estudiantil. Entre los testimonios que recopilaron está el de Adrián Noriega, director de Primer Plano Online.
El documental fue posteado esta mañana por las redes oficiales del Deportivo Morón en el marco de un nuevo aniversario de “aquel fatídico 16 de diciembre de 2000”. “Es un excelente material que nos debe ayudar a preservar la memoria y la historia para que nunca más haya un Mariano en nuestras canchas”, manifestaron desde el club. Cabe recordar que el actual jefe de Prensa del ‘Gallo’, José Luis Chammah, conocido como ‘Jochu’, es uno de los sobrevivientes de esa jornada.
Recuerdos de la masacre que se llevó la vida de Mariano Guaraz
Para remitirse a lo que pasó en aquel entonces hay que recordar que era una época en la que todavía se permitía la presencia de público visitante en las canchas. Era el clásico entre Almirante Brown y Deportivo Morón poco después de comenzar el complemento se desataron incidentes en la tribuna en donde estaban los simpatizantes del ‘Gallo’, que habían roto el alambrado perimetral.
Para custodiarlo y evitar la invasión al campo de juego, la Policía se ubicó en un espacio reducido entre los hinchas y el paredón del tejido roto. “Fue una provocación. No entraba un alfiler y los policías ahí era como poner un Chaski Boom para que estalle todo”, rememora Chammah sobre el episodio. Es que ese cordón humano de uniformados lo único que hizo fue enardecer los ánimos: comenzaron los empujones y llegó la represión, que desató la tragedia.

En esa balacera, la peor parte se la llevó Mariano Guaraz, de apenas 17 años. El joven recibió dos tiros: uno en la pierna y uno en la arteria renal, que lo desangró. Murió llegando al hospital Paroissien, a donde fue trasladado de urgencia. Chammah, por su parte, padeció dos disparos en la espalda, uno en el cuello, dos en brazo derecho y otro en brazo izquierdo. Fueron seis plomos en total. Miguel Lobato, el último de los heridos en la masacre, sufrió cinco balazos en un pie. Los tres terminaron en ese nosocomio.
Pocas horas después del hecho, el oficial Alfredo Silva, quien cumplía servicio en la Comisaría 8ª de Lomas del Mirador, declaró ante el fiscal que investigó el caso que se equivocó al cargar el arma, y puso “balas de plomo en lugar de postas de goma” en el rifle Remington 1270, con el que disparó. En julio de 2003, la justicia de La Matanza condenó a 18 años de prisión a Silva por la muerte de Guaraz y la tentativa de homicidio de Chammah y Lobato. Sin embargo, poco tiempo después obtuvo el beneficio de la morigeración de su pena y se fue a cumplirla a su casa, con domiciliaria.