Murió un femicida. En la cárcel, cumpliendo prisión perpetua por el asesinato de su exesposa. La causa del deceso fue un shock séptico, según le informaron a su hija Sofía, que tampoco preguntó mucho más. Ella recibió la noticia desde la Unidad Penal 35 de Magdalena y no dejó de ser un mazazo, como toda persona que pierde a un padre.
“Yo no pude elegir que las cosas sean como fueron. Tampoco si alguna vez yo quería volver a tener contacto con él. Todo fue mucho más pronto de lo que yo me imaginaba que iba a ser. Sí me alivia pensar que no tengo lugar para el odio en mi alma”, se sinceró la joven en conversación con Primer Plano Online.
Según el oficio judicial que recibió Sofía, Hugo Orlando Ibarra estaba internado hacía bastante tiempo en el hospital Alejandro Korn de Melchor Romero. Su cuadro había empeorado con el paso del tiempo y desde el 20 de abril estaba alojado en terapia intensiva. La diabetes, que era su patología preexistente, era la causa de los desequilibrios en su salud.

La familia de Sofía vivió el estremecedor femicidio la noche del 18 de mayo de 2019 en medio de lo que debía ser una celebración. Era el cumpleaños de 15 de la nieta mayor de Cristina Noemí ‘Beba’ Rodríguez, una mujer muy querida y valorada en su pueblo debido a su condición humana y su empleo como radio operadora en el Hospital Municipal de Marcos Paz.
Pero aquella jornada Ibarra tenía otros planes, que concretó a sangre fría. Estacionó su vehículo a una cuadra y media del salón de fiestas ubicado en el cruce de avenida Rivadavia y Feijoo, de la mencionada ciudad, y se paró enfrente, justo en una parada de colectivos, detrás de unos arbustos. Cuando vio llegar a la mujer, la interceptó de manera cobarde: la tomó por la espalda.
‘Beba’ intentó escapar por delante de la camioneta en la que había llegado, pero el cerco perimetral se lo impidió. La víctima alcanzó a gritarle “¿qué hacés acá, hijo de puta?”, y escuchó como respuesta “sabía que acá te iba a encontrar”. Después de eso el estruendo: una bala en la cabeza apagó para siempre la vida de la mamá de Adriana y Sofía.
“Vieron, la cagué”, le dijo el femicida a la gente que se le acercó en medio de la conmoción. De inmediato llamadas al 911 y un móvil de seguridad del Municipio lo detuvo. Pero cuando lo estaba trasladando a una dependencia policial, Ibarra se tiró del rodado en movimiento y pretendió escapar. Se refugió en otro salón de fiestas y logró ser reducido por el muchacho dedicado a la seguridad del otro recinto de eventos, al que había ido ‘Beba’, y un mozo del segundo salón. Ahí sí fue entregado a la Policía.
Sofía se despidió de su padre en redes sociales y en estados que publicó en su cuenta personal de WhatsApp. Sus palabras conmueven. “Que descansen en paz los dos. Los voy a querer para siempre, voy a estar agradecida por todo lo que hicieron por mí y lo que me dieron. La muerte no borra lo malo, lo terrible, lo fatídico, pero me alivia pensar que no tengo lugar para el odio en mi alma. Te quiero, pa. Por fin, tal vez después de todos estos años, pueda volver a decirte papá”, escribió.
En la charla con Primer Plano Online, la joven reveló también que con la muerte de su padre se diluyó una esperanza que conservaba: “siempre pensé que me iba a escribir una carta, mantuve esa expectativa puesta en él hasta el final y es terrible saber que eso nunca pasará”. Días antes del juicio en el que fue condenado a vivir en la cárcel, ella había manifestado su deseo de que fuera esa la última vez que lo viera.
“El sentimiento de orfandad solamente puede expresarlo quien lo vive. Es algo así como ahora sí estar sola en el mundo, a pesar de que ya lo estaba desde la muerte de mi mamá. Cuando fue mi papá fue un buen padre, pero después se convirtió en el asesino de mi mamá y ya no lo quería cerca mío”, concluyó Sofía.