Licenciados en Seguridad e Higiene, abogados e ingenieros rindieron su último examen en la Universidad de Morón y la jornada se vistió de color. Es que familiares y amigos los esperaban para cumplir con el ritual que es tradición en nuestro país: ser ungidos por huevo, harina, papel picado, espuma, serpentinas y cotillón para festejar el logro y dar el puntapié inicial camino a una nueva etapa de estos jóvenes –y no tanto, en muchos casos- que lograron el objetivo de terminar sus carreras de grado.
Los egresados celebraron haber podido alcanzar el sueño iniciado al menos cinco años atrás, y que con horas de esfuerzo, estudio, quitándole tiempo al descanso, a la familia, a sus parejas y hasta resignando momentos de recreación hoy les permite regocijarse de sus logros. A todos ellos, felicitaciones y que el mundo laboral los acoja para poder poner en práctica todo lo aprendido.