Una familia de profesionales de Castelar norte vivió una mañana de terror ayer jueves luego de una violenta entradera que sufrieron los hijos del matrimonio dueño de casa. Tres delincuentes a punta de pistola se llevaron dinero en efectivo y demás objetos de valor a plena luz del día: eran las 10.30 cuando la banda irrumpió en la finca ubicada en la calle Machado al 3500, entre Santa Rosa y Álvarez Jonte.
Paradojas del destino: el robo se produjo mientras trabajaban en el domicilio dos obreros que ya habían hecho labores anteriores en la propiedad, con el objetivo de darle mayor velocidad para abrir y cerrar a los dos portones eléctricos: uno de rejas y el otro levadizo. “Las personas nos trabajan desde siempre y ya son como familia para nosotros”, refirió Araceli, la dueña de casa en diálogo con Primer Plano Online.
En esas circunstancias, mientras la reja estaba abierta para la realización de las pruebas de rigor, tres delincuentes ingresaron caminando al chalet como si nada. Las imágenes son elocuentes: habían pasado minutos antes a bordo de una camioneta, que estacionaron más adelante, y luego fueron a pie hasta la finca, a donde entraron sin necesidad de forzar nada. “Creíamos que es para más seguridad, pero nos terminó pasando esto”, reflexionó.
Araceli, que es abogada, y su esposo Pablo, profesional de la salud, se fueron temprano a sus trabajos y en la casa quedaron su hijo de 24 años y los mellizos de 19, que terminaron siendo las víctimas directas del robo. “Somos muy cuidadosos de nuestra seguridad y les avisamos que dejen cerrada una puerta de chapa blindada que tenemos en el descanso de la escalera. Pero en un momento uno de los chicos bajó a buscar algo para tomar y se encontró con los delincuentes”, detalló la mujer.
Ya dentro de la vivienda la secuencia narrada es dramática, al igual que las imágenes: los apuntaron con armas, les pegaron, los obligaron a tirarse al piso y les expresaron todo tipo de amenazas. “Ellos querían plata, y afortunadamente, a Dios gracias, había dinero en casa. Uno de los chicos se acordó la combinación de la caja fuerte, la pudo abrir de una sola vez y se llevaron lo que había”, indicó Araceli.
En el lugar de resguardo había más de un millón de pesos que la mamá había cobrado luego de un juicio por honorarios, algunos dólares, tres relojes y joyas, que al momento de mencionarlas la mujer se quebró. “Eran un recuerdo de mi suegra y es lo que más lamento, además de lo horrible que pasaron mis hijos”, masnifestó entre lágrimas la mamá de las víctimas.
Otro aspecto que resaltó Araceli fue “la poca solidaridad” de la gente de la cuadra. “A mis hijos los dejaron encerrados en el vestidor. Y en un momento logró abrir la ventana y gritar para pedir ayuda y que llamen al 911. Nadie les dio bola”, lamentó. Sus hijos se pudieron comunicar con papá y mamá a través de un chat abierto en una computadora.
Al rato Araceli y su esposo Pablo llegaron a la casa junto a la Policía y pudieron contener al resto de la familia tras la espantosa odisea vivida. “Que mis hijos estén estudiando y entre alguien y les ponga un cañonazo en la cabeza en su propia casa no es que no pasó nada. Afortunadamente les pudieron dar el dinero y se fueron relativamente rápido, porque no me quiero imaginar lo que hubiera pasado si no estaba la plata”, cerró la mujer.
El caso es investigado por la comisaría 7ª de Castelar norte y por la Fiscalía Nº 1 de Morón, a cargo de la fiscal Silvana Bonini.
