El delito improvisado es siempre el más difícil de combatir. En esta ocasión lo protagonizaron dos hermanos, de los cuales uno es menor de edad, que entraron aparentando ir a comprar y cruzaron del otro lado del mostrador pistola en manos para robarse lo poco que tenían en ese momento las responsables del local.
No fue un golpe comando de esos que resultan sorprendentes por los millones que se llevan: robaron 50 mil pesos en efectivo que había en la caja y 10 atados de cigarrillos. Instantes antes de sacar la pistola de la cintura, los ladrones -ambos con gorrita y uno con la bufanda tapando su rostro- estuvieron mirando haciendo que elegían qué iban a comprar.
Sin embargo, uno de ellos cruzó del otro lado del mostrador y amenazó a las dos trabajadoras que estaban al frente del maxikiosco. “Llevate lo que quieras”, se alcanza a escuchar que manifestaron las mujeres que fueron abordadas por los delincuentes. En poco más de un minuto los atacantes huyeron del lugar sin mayores preocupaciones: se retiraron caminando, como habían arribado.
Las víctimas del robo y un aporte clave
El hecho ocurrió el 28 de abril pasado y las víctimas lo denunciaron unos días más tarde, el 3 de mayo. ¿Por qué no se presentaron antes a la justicia ni a la Policía? Conocían del barrio a los asaltantes, pero no tenían sus nombres. Los averiguaron y entregaron, junto a la filmación del hecho. Desde entonces quedaron con orden de captura.

Personal policial los detuvo el domingo en un domicilio de la calle Ramón Falcón al 1800, de El Palomar. Ellos sabían que los estaban buscando: días antes hubo otro allanamiento que arrojó resultados negativos. La búsqueda, de todos modos, no cesó. En el trayecto se confirmó que uno de ellos es menor de edad, con lo cual cambió de Fiscalía.
El fiscal Pablo Cabrejas, de la UFI de Responsabilidad Penal Juvenil Nº 2 de Morón, solicitó la detención del mayor de los hermanos, de 22 años, en orden al delito de robo agravado por el uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no puede darse por acreditada, y le otorgó la libertad fiscal al menor de edad, de 17 años, porque esa calificación no es detenible. En casos de minoridad, la detención es la última instancia, aunque el joven sigue vinculado al proceso.