Un llamado al 911 dio el primer alerta. Personal del Comando de Patrullas de Ituzaingó fue advertido de una confrontación vecinal que se estaba desarrollando en Patricias Mendocinas y Los Potros. Al llegar los agentes del orden, varias personas de manera hostil les informaron que momentos antes entre vecinos habían trasladado del lugar a un joven con una herida arma de fuego pero sin dar mayores precisiones. Es más: fuentes policiales confirmaron a Primer Plano Online que los sujetos se mostraron reticentes a dar más información hacia los uniformados.
Posteriormente se estableció el ingreso de Cristian Cabrera en el Hospital Posadas con herida arma de fuego en el brazo entrada y salida e ingreso posterior en zona costal. El joven fue sometido a una intervención y todavía se encuentra alojado en el nosocomio.

Casi en simultáneo a esta violenta situación, un segundo móvil del Comando se presentó un Udaondo y Tirador, pero por otro llamado a la central de emergencias. En este caso, los oficiales fueron recibidos por varias personas alcoholizadas y hostiles, pero alcanzaron a observar a otro hombre en el piso, consiente, con una herida cortante a la altura del abdomen.
Los sujetos comenzaron a apedrear móvil policial y a pedirle que se retire de allí, mientras procedían al traslado por medios propios del herido al que no se logró identificar. Lo cierto es que, según pudo averiguar este medio, este segundo agredido ya fue dado de alta en el Hospital Güemes, de Haedo, y reanudó su vida normalmente. De hecho, hoy ya fue a trabajar. “Nadie quiere dar datos, ni decir quiénes fueron los autores de las agresiones, se cierran. Quizá por temor y es comprensible”, confió una fuente de la investigación.
En ambos casos, según la reconstrucción que logró realizar la Fiscalía Descentralizada Nº 1 de Ituzaingó, los lastimados fueron producto de sendas confrontaciones barriales mantenidas en plaza pública entre varias personas.
QUEJAS DE LOS HABITANTES DEL BARRIO
En su cuenta de Facebook, la vecina Adriana Córdoba publicó una queja abierta a propósito de la situación vivida. La mujer se refiere a una actividad “totalmente clandestina”, un “boliche a cielo abierto con música a todo trapo hasta las 7 de la mañana, autos estacionados a lo largo de cuatro cuadras y sobre las veredas”.
“Los vecinos nos tuvimos que levantar a las 5 de la mañana en medio de gritos, corridas, lluvia de piedrazos sobre los autos y las casas. Y sobre el patrullero que vino cuando llamamos los vecinos. Con gente orinando en las veredas y con insultos, gritos y peleas de todo tipo. Heridos de arma blanca y de armas de fuego. Se le avisó a infraestructura del municipio y a fiscalización con el tiempo suficiente para detener esto, pero nadie hizo nada para asegurar el bienestar de los vecinos y de los que fueron a esa fiestita privada”, fustigó.