Elizabeth Tatiana Fernández, la agente de la Policía Local de Morón embarazada de seis meses que murió el pasado martes de un disparo que recibió en su casa de El Palomar, fue enterrada tras una íntima ceremonia en Monte Grande de la que participaron familiares, amigos e integrantes de esa fuerza en Esteban Echeverría, de donde la chica era oriunda, y del distrito en que prestaba servicios actualmente.
A propósito de la investigación del caso, la justicia liberó anoche al único implicado directo en la causa. Se trata de Maximiliano Fantino, el concubino de la agente muerta, quien quedó en libertad pero no desvinculado de la causa mientras continúe el proceso porque la fecha que recibió la fiscalía para realizar las pericias definitivas es para el mes de septiembre. Como la detención tiene un plazo máximo de 15 días prorrogables por otros 15 días más hasta totalizar 30, entonces el juez de Garantías Jorge Rodríguez le otorgó la libertad.
Luego del entierro, Primer Plano On Line pudo conversar con un vocero de la familia de la joven de 26 años, quien aseguró que van a empezar a prestar declaración ante el fiscal de la causa el lunes próximo pero aseguraron a éste medio: “descarten totalmente la hipótesis del suicidio”. Es más: hablaron de una situación de violencia de género que la mujer atravesaba a manos de Fantino.
Entre otras cosas, los allegados contaron que Tatiana tenía una hija de 8 años con la que Fantino no quería que tenga contacto por celos con el padre de la criatura. La otra nena de la víctima es Oriana Nicol, de tan sólo un año y tres meses, que estaba con ambos al momento del disparo fatal y ahora, a partir de quedar libre, está al cuidado del padre. El agente continuará con arresto domiciliario que purgaba en su casa producto de un enfrentamiento armado ocurrido el año pasado.
Es más: también aclararon que la mujer policía fallecida no convulsionaba, como dijeron Fantino y su abogado en declaraciones que publicó Primer Plano On Line el jueves. “Sólo había tenido un desmayo en la sede del Banco Provincia de Morón, y eso fue porque trabajaba doble turno, se alimentaba poco y el embarazo, del que se había enterado hacía poco. Lo hacía porque su pareja estaba con arresto domiciliario y ella era el sostén del hogar. Por eso tenía programadas sus vacaciones para la semana próxima”, explicó la fuente familiar.
En cuanto a la investigación del hecho, el fiscal de la causa, Pablo Masferrer, de la UFI 11 de Morón, mandó a apurar una serie de medidas de prueba para intentar determinar lo que sucedió la mañana del miércoles en el domicilio de Perdriel 827. Hasta el momento no hay ningún hecho concreto que involucre al concubino de la mujer policía en un femicidio, aunque nadie descarta que haya sido eso el causal de la muerte de la agente.
Según informó Primer Plano On Line el jueves, día en que declaró ante el fiscal, el acusado señaló que estaba durmiendo y de repente se despertó con el ruido del disparo, que en el momento pensó que había sido accidental aunque luego esbozó la hipótesis del suicidio. Entre la autopsia, el peritaje balístico y el dermotest quizá los investigadores puedan encontrar un poco de certeza para develar lo que pasó.
Mientras, la indignación familiar de la agente muerta va en aumento. “Siendo que Fantino es un violento, fumaba, tomaba, encima de todo esto era instructor de tiro y sabe bien cómo manipular un arma lo dejan libre. Y le dejan la nena a cargo. No entendemos cómo lo dejaron libre”, sentenció el familiar de Tatiana Fernández.
