Luego de una negación sistemática de atender a medios periodísticos que requieren su palabra y en medio de una crisis que llegó a las máximas esferas del poder, el director ejecutivo del Hospital Posadas, Pablo Bertoldi Hepburn, se vio obligado a salir a dar la cara y responder preguntas. Lo hizo ante el diario Clarín, que presentó un largo artículo en su página web con video incluido, en el cual el funcionario brindó su mirada sobre el conflicto que atraviesa el centro de salud.
En el texto, el cronista Mariano Gavira cuenta lo que fue su estadía en el nosocomio, al que acudió para entender un poco más sobre lo que ocurre. Por caso, detalla que se encontró con carteles en el área de Pediatría que pedían “que vuelvan los médicos”. Es que hace dos semanas se conoció la noticia de que en ese centro médico -que atiende 200 mil consultas por guardia anuales y donde nacen 3.200 bebés por año- fueron despedidos 54 médicos de distintos sectores. Pero no son la totalidad de las cesantías que hubo desde 2016 en adelante: quienes conocen esa realidad afirman que fueron entre echados y bajas de contratos más de mil los profesionales que no forman parte del establecimiento.
La entrevista de Clarín tiene el mérito del cronista, que pudo plantear alguna repregunta al director del Posadas, y también confirma el desprecio del área comunicacional del hospital hacia los medios locales y regionales, que desde hace meses buscan alguna voz oficial con la que hablar. Y tampoco Bertoldi explica allí sobre las salidas de parte del equipo de conducción o la renuncia de los médicos del área de Cirugía Cardiovascular Infantil, cuyo jefe, Christian Kreutzer, pegó el portazo con fuertes críticas hacia el director de Recursos Humanos del nosocomio, Juan Ignacio Leonardi.
Según Bertoldi, en marzo se instaló un sistema biométrico de ingreso y egreso al edificio, en el cual se demostró quiénes cumplían el horario y quiénes no. Adujo que todos los que fueron separados de su cargo no trabajaban como correspondía: “No hay errores ni del sistema ni tampoco del director de Recursos Humanos. Acá no hablamos de ajuste, lo que queremos es que vengan cada vez más personas a atenderse pero con los profesionales presentes”, dijo.
“Estamos hablando de casos gravísimos, severos, de incumplimiento de carga horaria. Profesionales que venían sólo nueve horas por mes. Yo todo este tiempo escuché, leí los testimonios de algunos médicos que recibieron el telegrama y que se muestran enojados o que hablan de injusticia. Pero la realidad es una sola y el sistema objetivo nos demostró todo lo contrario a lo que dicen”, explica el director.
Para los expertos despedidos (de diferentes especialidades y todas de importancia), sin embargo, la historia es otra. Dicen que el director no dice la verdad y que por el contrario no sólo cumplen el horario, sino que trabajan de más: “Yo hago guardias de 24 horas por día, mi vida es el hospital. No me dieron ninguna explicación. Nunca falté, no tengo libreta sanitaria, fui a trabajar enferma muchas veces. No entiendo lo que pasó”, dijo Paola Planini, del equipo de recuperación cardiovascular infantil, que trabaja en el hospital hace 10 años.
Como ella, muchos otros médicos aseguran que no recibieron respuestas claras sobre lo ocurrido. Algunos usan la palabra “temor” a la hora de describir las sensaciones que se palpitan en las salas del Posadas: “No sabemos si un día vamos a llegar, apoyar el dedo y el sistema no nos va a habilitar, lo que significaría que estamos despedidos. Con esa incertidumbre trabajamos”, contó una profesional que prefirió no revelar su identidad.
Bertoldi intenta tranquilizar: “Todos los que vengan acá a trabajar y a cumplir con sus horarios no van a tener problemas. Si hubo algún error seremos los primeros en hacernos cargo de revertirlo. Desde hace más de un año venimos hablando con los jefes de los distintos departamentos y explicándoles que todos deben respetar la carga horaria”.
El hombre sabe que tiene su hospital en el ojo de la tormenta. Dice que aquellos que hablan de cierre del Posadas, de ajuste, de privatización o de desguace, lo dicen desde una intención maliciosa: “Lo que ocurre es muy claro: gente que no cumple, será desvinculada”. Léase, la salud en manos de un sistema de ingreso y egreso que no reconoce de capacidades y talentos.
El mencionado Kreutzer, un ferviente militante de Cambiemos (como ya describió este medio en artículos anteriores) decidió renunciar por su disconformismo con el arbitrario manejo de las autoridades. “Acompañé con fervor la gestión de Pablo Bertoldi en el Hospital Posadas. Se hicieron cosas muy importantes, como normalizar luego de 7 años de escasez la provisión de insumos, se hicieron obras fundamentales, se mejoró la seguridad, se creó una Fundación del hospital. Eso nos permitió aumentar las cirugías cardiovasculares infantiles un 30 % en relación al año anterior y ya estábamos logrando operar 4/5 pacientes por semana, lo que nos llevaba a volver a nuestra capacidad normal de 180 pacientes anuales”, posteó en un hilo de Twitter.
https://twitter.com/maxplus92/status/1042098623608180738
“Sin embargo, y de manera totalmente inconsulta y sin aviso se ha despedido a los 2 coordinadores de recuperacion cardiovascukar y a una medica de Guardia. se los acusa de no cumplir asistencia, lo cual no es cierto de nigun modo. Lo mismo ha pasado en otros servicios del Hospital. Este manejo por parte del Sr Jefe de RRHH, Juan Ignacio Leonardi me ha llevado a renunciar indeclinablemente. Le pido al Sr Secretario de Salud @RubinsteinOk que la próxima vez que vaya a opinar de mi servicio se informe mejor”, continuó. Sobre esa crítica, Bertoldi no le dijo nada a Clarín. O al menos no salió publicado.