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martes, febrero 11, 2025
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Desgracia a bordo de un colectivo de la 216: murió un pasajero pese al esfuerzo del chofer, que lo llevó al Hospital de Morón

El pasajero subió sobre la calle Patagones, en su esquina con Maza. Se sentó y el transporte siguió su trayecto. Entre el lugar en el que accedió y el centro de Morón, un sábado a las 8.30 de la mañana hay no más de 15 minutos, por la fluidez del tránsito. En ese lapso tomó el colectivo una joven mujer, que sacó el boleto y se sentó, pero de inmediato se paró y fue hacia el chofer.

“Hay un muchacho ahí atrás que está recostado y muy pálido”, fue lo que manifestó. El conductor miró por el espejo, frenó la marcha y se acercó hasta él. El hombre no reaccionó al llamado, no respondió cuando le movió un brazo y el colectivero le pidió al resto del pasaje que descienda así lo trasladaba al Hospital de Morón.

Todo indicaba que el hombre estaba ya sin vida, pero igual el chofer fue al nosocomio cuan rápido pudo. Al llegar al centro de salud se anunció, comentó lo sucedido y salieron de inmediato un camillero, un par de enfermeros y médicos y revisaron al pasajero, que ya no tenía signos vitales. Lo curioso pasó después del shock inicial: llegó hasta el colectivo quien se presentó con jefe de guardia del establecimiento sanitario, volvió a revisar al paciente y cuestionó al chofer por haberse dirigido hasta allí.

“Usted se tendría que haber quedado en el lugar en donde se dio cuenta de lo que pasaba y llamar a la Policía”, le espetó. La respuesta del conductor, según pudo saber Primer Plano Online, es que lo hizo porque pensó que era una posibilidad de salvarle la vida. Bien vale aclarar que no existe un protocolo de intervención frente a semejante hecho. El pasajero quedó arriba de la unidad hasta que llegó la Policía Científica, constató el deceso y la ambulancia de una funeraria retiró el cuerpo.

El fallecido fue identificado como Daniel Alberto Gobet (64), quien padecía patologías preexistentes como EPOC y difusión cardíaca. El chofer que intentó salvar la vida del pasajero fue Guillermo Adrián Pretel, que hace cinco años conduce el interno 252 de la línea 634 perteneciente a la empresa 216. Ayer realizaba el recorrido hacia El Palomar. Un dato que pudo saber este medio: colectivero y vecino muerto viven a cuatro cuadras de distancia, pero no se conocían.

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