El descontrol que provoca la noche cuando se ejercen actividades fuera del alcance estatal es una señal de alarma para los protagonistas de la vida pública de todo el país. La provincia de Buenos Aires, que es el territorio de mayor densidad poblacional en Argentina, no escapa a una realidad que cada día preocupa más.
Las cinco muertes en la fiesta electrónica Time Warp, en capital federal, por consumo de drogas de diseño similares al éxtasis en abril pasado; la de Yésica Emilia Uscamayta Curí, la chica de 26 años que falleció en la pileta de una fiesta clandestina en Melchor Romero, a principios de 2016; las recientes de Giuliana Maldovan, de 20 años, y Lucas Liveratore, de 34 años, por consumir drogas sintéticas en una fiesta electrónica en Arroyo Seco, provincia de Santa Fe el fin de semana anterior; y la de Nicolás Rivero, de 19 años, quien murió en septiembre de 2016 a causa de las heridas de arma blanca recibidas en una pelea durante la fiesta ilegal conocida como «Proyecto XXX» en Moreno, son algunos de los casos testigos posibles para enumerar lo que significa el descontrol nocturno. También sirven para graficar que el fenómeno excede a la provincia de Buenos Aires.
Es por eso que diputados del Frente para la Victoria bonaerense presentaron un proyecto cuya finalidad es “el fortalecimiento de las capacidades del Estado provincial para la defensa de los derechos en el ejercicio de actividades recreativas nocturnas, en particular los adolescentes y jóvenes”.
Lo que buscan los legisladores es una mayor presencia de los distintos organismos de Gobierno en las actividades de esparcimiento de la noche. Pero más allá de lo estrictamente vinculado al control, promueven también entornos saludables y seguros, con conductas responsables para el esparcimiento juvenil.
Hay, asimismo, fuertes sanciones para quienes realicen fiestas o eventos no autorizados, ya sean locales o personas, y será un agravante la presencia de menores de edad fuera del horario permitido al igual que la venta o provisión de bebidas alcohólicas. Y, como dato anexo pero no por eso menos importante, los autores del proyecto plantean un “relevamiento de redes sociales para la detección de fiestas y eventos que involucren la potencial concurrencia de menores”. Los organismos de seguridad serán los encargados de ejecutar esta acción.
La iniciativa parlamentaria, que lleva la firma de la diputada Marisol Merquel, surge luego de que un sector del Frente para la Victoria en la Legislatura bonaerense expresara su rechazo a la modificación de la Ley de Nocturnidad aprobada por ambas cámaras, impulsada por el senador provincial Patricio García, que contó con el apoyo del oficialismo y diputados de la oposición para su sanción.
El cambio promovido, que fue vetado por la gobernadora Vidal, preveía que menores de 14 a 17 años puedan acceder a boliches y locales bailables acompañados de un adulto en localidades con menos de 30 mil habitantes. El proyecto del senador García había traído una fuerte discusión en el bloque del FPV, marcando disidencias en el tratamiento, lo que ponía en evidencia lo que luego se profundizó en el tratamiento de la Ley de Presupuesto donde el FPV votó de forma dividida.
Como se dijo, la jefa de Estado provincial impidió la puesta en ejecución de la norma fundándose en el cumplimiento de la Constitución provincial y en la convención sobre los derechos del niño. “El artículo 36 de la Constitución Provincial dispone que todo niño tiene derecho a la protección y formación integral, al cuidado preventivo y supletorio del Estado en situaciones de desamparo y a la asistencia tutelar y jurídica en todos los casos”, afirma el decreto de Vidal.