Un colectivo de intendentes peronistas de la provincia de Buenos Aires que negocia con emisarios del Gobierno de María Eugenia Vidal apoyo para aprobar el Presupuesto 2017 y el endeudamiento se encontrará ésta mañana en un hotel céntrico para profundizar los puntos de acuerdo y tomar una postura única frente a lo planteado por la mandataria.
Entre los participantes de la mesa de diálogo del fragmentado peronismo se anuncia la presencia de los intendentes Alberto Descalzo, de Ituzaingó, y Juan Zabaleta, de Hurlingham. Habrá referencias también de los grupos Esmeralda, Fénix y Establo, compartimientos en donde se nuclean los alcaldes del PJ. El encuentro será a las 11 en el hotel NH, de Capital Federal, a metros de la Casa Rosada.
En principio, según pudo averiguar Primer Plano On Line, lo que se va a poner en consideración es una postura común para negociar en bloque el millonario Fondo de Infraestructura para los municipios bonaerenses, para el cual la gestión provincial no opone mayores resistencias. Se trata de aproximadamente 10 mil millones de pesos que funcionan como gatillo para liberar los votos del PJ que blinden la autorización de endeudamiento de la gestión Vidal. Para conseguir esa toma de deuda, la gobernadora necesita una mayoría de dos tercios, a diferencia de la mayoría simple requerida para el Presupuesto. Entonces depende sí o sí de votos peronistas para lograrlo. Todavía no está definido el monto y la pelea está atada a las partidas que la gobernación asigne a los Municipios para gasto corriente.
Pero la más importante de las negociaciones los intendentes del peronismo la ubican en torno al debate por la libre disponibilidad de partidas, que durante todo éste año fueron abocadas a fines específicos y no pudieron ser derivadas a tapar gastos corrientes. El Fondo más sensible es el destinado a Seguridad, de unos 3 mil millones: los jefes comunales se quejan de una reglamentación de Cristian Ritondo que les impide utilizar ese dinero para otras destinos.
«Si queremos cargar nafta en los patrulleros para dar más seguridad en el Municipio, que es una responsabilidad provincial, no podemos hacerlo con esa plata», se quejan por lo bajo los alcaldes. Además de eso, hay un fuerte control de los gastos, con rendiciones de cuentas mensuales que ocasionaron dolores de cabeza a más de un intendente a lo largo del año, como ocurrió en Ituzaingó.