Otra docente fue denunciada por padres y madres pertenecientes a la comunidad educativa de un jardín de infantes y, luego de no encontrar elementos para continuar con la investigación la justicia adoptó un criterio que se viene imponiendo en los últimos años: archivó la causa con “criterio expectante”, es decir, hasta que no aparezcan nuevos elementos que permitan avanzar con el expediente queda paralizado.
La presentación contra la docente fue realizada por la propia directora del establecimiento de nivel inicial luego de reunirse con 15 madres y padres de la comunidad educativa que le expresaron su preocupación por lo que habían dicho nenes y nenas de una de las salas en sus casas. La autoridad convocó también a la abogada del jardín General Martín Rodríguez y juntas escucharon los planteos.
La reunión fue el 29 de mayo pasado en la sede de la entidad educativa, ubicada en calle 9 de Julio al 100, entre Belgrano e Intendente Manny, del barrio Los Perales de General Rodríguez. La presentación judicial fue realizada dos días después en la Comisaría de la Mujer y la Familia de ese distrito, desde donde se dio intervención a la Fiscalía Nº 9 del Departamento Judicial Moreno-General Rodríguez. Inicialmente el caso se caratuló como averiguación de ilícito.
Entre otras cosas, los reclamos se circunscribieron a dos casos: un nene de tres años y una nena de dos. En la denuncia se especificó sobre “gritos” en la sala, “agresiones físicas” y “retos fuertes” hacia nenas y nenes, “falta de cariño y tolerancia” de parte de la maestra hacia el grupo, aunque hubo también quejas que fueron un poco más allá: la mamá del varón señaló que su hijo le pidió un pañal cuando fue a acostarlo y que la explicación que le dio el chiquito es que “la seño me pellizcó dos veces el pito en el baño”.
El universo de cuestionamientos contó, además, con ejemplos de criaturas que se negaban a ingresar porque “la seño me reta y me pega”, y argumentos tales como “si cambian a la seño vuelvo”. “Me cuenta que la maestra la empuja y la sienta de manera violenta en la silla”, indicó otra mamá sobre el cierre de esa entrevista con la directora y la letrada. Todo quedó plasmado en el acta que luego sirvió de acción judicial.
Sin embargo, el avance de las pericias truncó el planteo de las personas adultas que ratificaron las denuncias. Es que los informes periciales sobre una de las presuntas víctimas, el nene, concluyeron que “no se advirtieron en su conducta indicadores de abuso sexual infantil, maltrato o patología severa”. En la charla con los profesionales, “se mostró con conducta sociable y afectiva e interactuó sin dificultad, no surgiendo elementos relacionados con los hechos que se investigan”.
Y una reflexión del perito psicólogo que intervino en las evaluaciones: “las especulaciones de violencia o maltrato son elucubraciones de la madre. El niño no dijo nada al respecto y esclareció que le tenía miedo a un par de compañeros y que una vez se cayó de la silla”. Es decir, no había ningún indicio de que la criatura haya sido sometida a algún tipo de maltrato o abuso y menos en el jardín.
Por eso la fiscal Alejandra Rodríguez resolvió archivar las actuaciones “por resultar los elementos recabados insuficientes para la prosecución de la investigación penal, manteniendo un criterio expectante hasta la aparición de nuevos elementos que tornen procedente su reapertura”. Es decir, la causa queda guardada pero latente de poder ser reabierta si alguna de las presuntas víctimas llega a expresar alguna situación que permita profundizar la pesquisa.
“Claramente en este expediente se efectuaron denuncias falsas o erróneas, contra una docente inocente. A raíz de estas denuncias dañosas, la maestra perdió su trabajo, tuvo que sufragar gastos de letrados, peritos y padecer gran angustia, depresión, e incertidumbre. Al enterarse de la buena noticia, lloró de la emoción”, narró a Primer Plano Online el abogado Sebastián Chouela, defensor de la educadora denunciada.
A partir de esta decisión judicial, la persona denunciada -en este caso la maestra- debe esperar que pasen tres años para pedir su sobreseimiento. Si no existe ningún elemento nuevo, recién ahí podrá realizar ese trámite para quedar al margen del expediente.
“El 90 por ciento de las causas de abuso contra docentes son falsas o erróneas, pero lamentablemente denunciar es fácil, gratis, y generalmente no hay consecuencias graves contra los denunciantes, en virtud que hablan solo sobre supuestos dichos a ellos efectuados por los niños”, cerró el abogado.