Trabajadores y responsables de un comercio gastronómico ubicado en el límite de Merlo con Libertad pusieron en fuga a tras delincuentes que intentaron asaltar el negocio familiar. El recurso al que apelaron fue echarles en la cara a los malvivientes el conocido gas pimienta, que tenían en su poder a raíz de experiencias delictivas que sufrieron en el pasado reciente.
“La verdad es que nos sorprendió cómo actuamos”, reconoció Johana, la propietaria del local, en diálogo con El Noticiero de la Gente, por Telefe. La mujer señaló que el ladrón que estuvo a punto de ingresar tenía un arma en su mano, a escasos 20 centímetros de donde ella estaba. “Le decían a mi cuñado abrime porque le tiro a ella”, detalló. En ese instante su cuñado les tiró el gas pimienta en los ojos al atacante.
La resistencia de las y los trabajadores fue efectiva. Pusieron en fuga a los malvivientes pero posteriormente, cuando todo había pasado, se miraron entre sí y aceptaron que “fue una locura lo que hicimos”, según Johana. Al negocio hay varias personas que se acercan por primera vez y tanto a ella como al resto les gusta brindar atención personalizada y trabajar a puertas abiertas. “Pero lamentablemente lo vamos a tener que rever. No lo vamos a poder hacer más”, indicó.
Emanuel, su cuñado, describió que el momento fue de tal tensión que pensó que “eran ellos o nosotros”. “Si entraban no se iban a llevar lo que querían, y como ya nos habíamos resistido, hubiera sido peor”, reflexionó. Es por eso que sacó fuerza de donde no tenía para primero trabar la puerta, que los ladrones intentaron romper con golpes y patadas, y luego arrojarles el producto en la cara.
¿Por qué tenía gas pimienta en su poder? El año pasado a su esposa la atacaron motochorros en una calle, también de Merlo, y le pegaron con un fierro en las piernas. Finalmente del comercio uno de los delincuentes se fue con los ojos quemados y las víctimas, adentro, no podían ni respirar y quedaron con náuseas, pero evitaron que les lleven lo suyo.