Con una temperatura de -9°, paredes de hasta un metro de alto conformadas por bloques de nieve y siendo el único lugar en el mundo al que no llegó el coronavirus, la Base Esperanza en el Territorio Antártico Argentino fue sede de un inédito conversatorio gastronómico. En el ida y vuelta del encuentro virtual participaron la directora de la Escuela Municipal de Gastronomía, Loreley Arnaudin, quien bastoneó la charla; el vicedirector, Gabriel Riccelli; el chef y coordinador gastronómico, Santiago Collado; Paola Gámbaro, quien se encargó de la producción y Majo Peteira como representante de la Secretaria de Educación, Cultura y Deporte de Morón.
Los cocineros mostraron cómo realizan algunas recetas en la Base Esperanza. Para poner manos a la obra comenzó el cabo Leal, oriundo de Lomas de Zamora, que hizo “El famoso flan antártico” y el maestro panadero, sargento 1° Vallejos -con raíces en Chaco pero actualmente viviendo en Gregorio de Laferrere- se destacó exponiendo su pericia para confeccionar facturas hojaldradas. Las particularidades de las receta es que ambas fueron hechas con huevos en polvo.
Los ‘chefs’ contaron durante su exposición que sus horarios de trabajo se extienden de 7 a 14 y de 17 a 21. Algo llamativo que comentaron es que en los meses de diciembre, enero y febrero, en la Antártida llegan a tener luz de día hasta las 3 de la madrugada, y en el invierno ocurre lo contrario. Leal y Vallejos contaron además que sus pasatiempos habituales en la Base Esperanza son las actividades en el gimnasio, las clases de artes marciales y de vez en cuando practican baile. Por último, aseguraron que tienen una gran relación con los miembros de la Base O’Higgins de Chile a quienes les develaron los secretos de recetas tales como la colita de cuadril (algo desconocido para ellos) y las facturas.